La empresa matriz de Facebook e Instagram, Meta, anunció recientemente el desmantelamiento de lo que calificaba como una “red china de desinformación”. El lenguaje utilizado es típicamente represivo y policial porque vale tanto para el mundo real como para el virtual: hay una banda organizada de delincuentes que las fuerzas del orden han logrado desarticular.
Más de 100 páginas de Facebook, perfiles y cuentas de Instagram vinculados a la red fueron “suprimidos”, porque en el mundo virtual no es necesario enviar a nadie a la cárcel, ni juzgarla, ni detenerla, ni acusarla. En internet los crímenes y los crimninales se suprimen.
El espantoso crimen cometido por la red es la difusión de “información engañosa” sobre temas políticamente sensibles en Europa y Estados Unidos, que se pueden dividir en dos partes.
La primera es la que concierne a China. La red eliminaba las malas noticias, como los campos de concentración para los uigures, es decir, no permitía la circulación de las noticias cuando perjudicaban la mala imagen de China.
La segunda concierne a los amos del mundo y de las redes sociales, Estados Unidos y Europa. En este caso el papel de la red criminal consistía en difundir noticias falsas, como la brutalidad policial.
Lo mismo que cualquier otro organismo represivo, Meta infla el alcance de la red china y, de reborte, su perspicacia para detectarla y acabar con ella. La banda china de desinformadores adoptó “tácticas sin precedentes”, dice Meta, aunque en realidad son las viejas artimañas de siempre de cualquier gacetillero.
Por ejemplo, los chinos se camuflaban bajo distintos ropajes para no parecer asiáticos. Utilizaban un medio de comunicación ficticio en Occidente, reclutaban redactores internacionales y en un caso cooptaron a una ONG en África. Como ven el “modus operandi” era un horror.
Además de sacar a los chinos del mercado mundial, los imperialistas se empeñan en sacarlo del mundo virtual. No es la primera vez que emprenden este tipo de campañas de censura. En 2021 Facebook eliminó cientos de cuentas, 20 páginas y cuatro grupos, así como 90 cuentas de Instagram, acusadas de ser “prochinas”.
Entonces el mundo estaba en plena pandemia y China quería sacudirse el estigma de que el origen del virus estaba en Wuhan. Los “prochinos” promovían las afirmaciones de Wilson Edwards, un falso biólogo suizo que acusaba a Estados Unidos de presionar a la Organización Mundial de la Salud en una investigación sobre el origen de la pandemia.
Era la típica noticia falsa, tanto de los chinos como de los occidentales. Una embajada suiza dijo que el tal Wilson Edwards nunca existió. O quizá sí. Nunca se sabe. En cualquier caso, la “ciencia” siempre se preocupó por matar al mensajero. Si Wilson Edwards nunca existió, entonces se deduce que el covid fantasma surgió en China, efectivamente, que es lo que se trata de demostrar.
En fin, cada vez hay más chinos y más prochinos en las redes sociales difundiendo información desagradable que los occidentales nunca deberíamos conocer, porque nos confunde.
Recientemente, Estados Unidos acusó a funcionarios del Ministerio de Seguridad Pública chino de dirigir una red de cuentas en redes sociales que difundían mensajes a favor de China. ¡Qué horror! Es como si la Guardia Civil se dedicara a convocar ruedas de prensa a favor de España.