Es otro símbolo del naufragio de las políticas verdes: la Casa Blanca quiere reabrir millones de hectáreas propiedad pública a la minería del carbón. La reactivación de esta industria tiene como objetivo en particular satisfacer la necesidad de electricidad de la inteligencia artificial.
El lema de la campaña electoral de Trump para el petróleo se va a aplicar también al carbón. Es una medida que acompaña a otras para reactivar este sector minero, entre ellas una reducción de los requisitos medioambientales para el funcionamiento de las centrales eléctricas alimentadas con carbón y reducir los costos de energía.
En abril Trump aprobó varios decretos para impulsar la extracción de carbón con el fin de responder, en particular, al auge de la inteligencia artificial, que consume grandes cantidades de electricidad para mantener los servidores en funcionamiento.
El carbón produce más de un tercio de la electricidad del mundo, pero en los últimos quince años la producción de carbón ha caído bruscamente en Estados Unidos. Se ha reemplazado gradualmente por gas natural y fuente de energías llamadas “renovables”. En 2023 el carbón había caído a cerca del 16 por cien de la producción total de electricidad de Estados Unidos, frente a cerca del 50 por cien en 2000.
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