Estados Unidos sabe que Francia ya es ‘árbol caído’ en África y baraja sus cartas en Níger

El general de brigada Moussa Salaou Barmou, jefe de las Fuerzas de Operaciones Especiales de Níger y uno de los líderes del golpe de estado en curso en Níger, fue entrenado por el ejército estadounidense. Oficiales militares entrenados en Estados Unidos han participado en 11 golpes de Estado en África occidental desde 2008.

Foto de archivo: Barmou y el general Jonathan Braga

El pasado miércoles, Barmou, formado en Fort Benning, Georgia, y en la Universidad de Defensa Nacional en Washington, se unió a la junta que derrocó a Mohamed Bazoum, el presidente elegido democráticamente en Níger, según un reportaje de la revista The Intercept, que intentó incluso contactar con Barmou. La adhesión se formalizó tras la visita a Níger de la portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Victoria Nuland.

Agentes entrenados en Estados Unidos han llevado a cabo al menos seis golpes en Burkina Faso y Malí desde 2012. También han estado involucrados en golpes recientes en Gambia (2014), Guinea (2021), Mauritania (2008) y Níger (2023).

Miembros de la Guardia Presidencial de Níger rodearon el palacio presidencial en Niamey el miércoles y tomaron a Bazoum como rehén. Bazoum y su familia «estaban bien», dijo la presidencia de Níger en su cuenta de Twitter. Más tarde, la cuenta repetía lo que Bazoum había publicado en su página personal: “Los logros obtenidos con tanto esfuerzo se guardarán. Todos los nigerinos que aman la democracia y la libertad se ocuparán de ello«.

Bajo el nombre de Consejo Nacional para la Salvaguardia del País, Barmou y otros ocho oficiales de alto rango hicieron una declaración en la televisión estatal de Níger poco después de arrestar a Bazoum. Las “fuerzas de defensa y seguridad” habían “decidido acabar con el régimen debido al deterioro de la situación de seguridad y la mala gobernanza”, según su portavoz.

Desde 2012, los contribuyentes estadounidenses han gastado más de 500 millones de dólares en Níger, lo que lo convierte en uno de los programas de asistencia de seguridad más grandes del África subsahariana. En todo el continente, el Departamento de Estado registró sólo nueve ataques terroristas en 2002 y 2003, en comparación con los 2.377 del año pasado en Burkina Faso, Malí y el oeste de Níger, según un informe del Centro de Estudios Estratégicos de África, una institución de investigación del Departamento de Estado de los Estados Unidos.

Actualmente, las tropas estadounidenses entrenan, asesoran y ayudan a sus homólogos nigerinos y han luchado e incluso perecido allí. Durante la última década, la cantidad de personal militar estadounidense desplegado en Níger aumentó de 100 a 1016.

Barmou y el general del Comando de Operaciones Especiales del ejeŕcito norteamericano Jonathan Braga se reunieron el mes pasado para «discutir políticas y tácticas antiterroristas en toda la región», según un comunicado militar. El Pentágono dice que la asociación de Estados Unidos con el ejército de Níger, en particular con sus comandos, es clave para contrarrestar a los militantes de Al Qaeda y el ISIS.

Las agencias del Departamento de Defensa llevan tiempo trabajando junto al ejército de Níger y los operadores especiales para contrarrestar el yihadismo en el noroeste de África.

Los principales problemas que alimentan el conflicto en Níger y el Sahel no son de naturaleza militar: se derivan de la frustración de la gente con la pobreza, el legado del colonialismo, la corrupción de las élites y las tensiones e injusticias políticas y étnicas. Sin embargo, en lugar de abordar estos problemas, el gobierno de Estados Unidos ha priorizado el envío de armas y el financiamiento y entrenamiento de las fuerzas armadas de la región para librar sus propias guerras contra el terrorismo”, dijo Stephanie Savell, codirectora del Proyecto Costos de la Guerra en la Universidad de Brown, y experta sobre los esfuerzos militares estadounidenses en África occidental.

Una de las consecuencias enormemente negativas ha sido empoderar a las fuerzas de seguridad de la región a expensas de otras instituciones gubernamentales, y este es seguramente un factor en la lista de golpes que hemos visto en Níger, Burkina Faso y otros lugares en los últimos años”.

Estados Unidos quiere dar un giro al ímpetu de los integrantes de la Junta nigerina, y ha desplegado una sigilosa ofensiva entre sus apoyos en el país para que, por un lado, rescindan cualquier política tutelar francesa y, por otro, se blinden de cualquier tentativa de simpatizar con Rusia y China.

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