Estados Unidos reconoce que el Califato Islámico nunca ha sido un enemigo sino un aliado

En setiembre del año pasado el New York Times difundió un archivo de audio (*) con una parte de las conversaciones que mantuvo el secretario de Estado, John Kerry, en una reunión con 20 opositores sirios que se celebró a puerta cerrada, al margen de la Asamblea General de la ONU.

El periódico sólo publicó una parte del audio. En el tramo 26:09 de la grabación Kerry reconocía que Washington hizo la vista gorda cuando advirtió el crecimiento de Califato Islámico en Siria para presionar al presidente sirio, Bashar Al-Assad, y conseguir así su dimisión.

“Sabíamos que Califato Islámico estaba creciendo, estábamos observando, veíamos al Califato Islámico reforzarse y pensábamos que eso amenazaba a Al-Assad. Pensábamos que probablemente podríamos conseguir que Al-Assad acudiese a negociar, pero en lugar de negociaciones nos encontramos con que Al-Assad consiguió que lo apoyara el presidente ruso, Vladimir Putin”, dijo Kerry a los opositores.

Añadió que en aquel momento, la Casa Blanca esperaba que la campaña de los yihadistas empujara a Al-Assad a la mesa de negociaciones, pero Rusia se involucró y con su operación antiterrorista en el país árabe impidió que tal cosa sucediese.

En la reunión, el Kerry reconoció también que Siria y Rusia podrían activar sus sistemas de defensa aérea, lo que imposibilitaría las incursiones aéreas de Washington y sus aliados.

Para Estados Unidos el enemigo era Bashar Al-Assad, mientras que para Rusia el enemigo era el Califato Islámico: “La razón por la que llegó Rusia [a Siria] es porque el Califato Islámico era cada vez más fuerte. El Califato Islámico amenazaba con la posibilidad de llegar a Damasco y por eso Rusia entró en la guerra. Ellos [los rusos] no querían un gobierno del Califato Islámico. Y apoyaron a Assad. Y sabemos que eso creció. Nosotros observamos”, añadió Kerry.

Tanto para Estados Unidos como para Europa, el Califato Islámico nunca ha sido un enemigo sino un aliado para lograr su objetivo en Oriente Medio. Cuanto más fuerte mejor. Sólo les molesta que, en ocasiones, su aliado se vuelva contra ellos y haga en París o en Berlín lo que tiene por costumbre hacer en Siria.

El imperialismo no ha desatado ninguna guerra contra el terrorismo, sino una guerra para fomentar en el terrorismo. Los intereses de los imperialistas y de los terroristas son los mismos.

(*) http://www.nytimes.com/interactive/2016/09/30/world/middleeast/john-kerry-syria-audio.html

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