Uno de los socios económicos fundamentales de Rusia, en medio de las sanciones económicas sin precedentes impuestas por Washington y la Unión Europea por la guerra de Ucrania, ha sido el gobierno indio de Narendra Modi.
En los últimos años, Modi, jugando un delicado juego de equilibrios entre las alianzas con Rusia y también con Occidente, se ha convertido en un socio comercial vital de Rusia en medio de las sanciones. A pesar de los repetidos esfuerzos de la Administración Biden y de funcionarios británicos, Modi se ha negado a sumarse a las sanciones contra el comercio ruso, sobre todo de petróleo. Ahora, una serie de acontecimientos sospechosamente programados y dirigidos sugieren que se está lanzando una desestabilización angloamericana para derrocar a Modi en los próximos meses.
India es un aliado vital de Rusia por su participación, entre otras cosas, en el denominado grupo de países Brics. Brics es el acrónimo de un grupo informal formado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Se trata de una reunión informal de cinco de los Estados más dinámicos de las naciones no pertenecientes a la OCDE, en su mayoría del Sur. Después de que un economista de Wall Street nombrara en 2001 a cuatro potenciales economías emergentes de rápido crecimiento, en 2009 se celebró la primera cumbre de los Brics, y tras admitir a Sudáfrica en 2010, las cumbres de los Brics han sido anuales.
Los cinco suman la impresionante cifra del 40 por cien de la población mundial, más de 3.000 millones de personas, y alrededor del 25 por cien del PIB mundial: China representa el 70 por cien, India en torno al 13 por cien y Rusia y Brasil el 7 por cien. Con el aumento de los problemas para las empresas internacionales que hacen negocios en China, muchas grandes compañías están mirando a India, el país más poblado del mundo con una gran mano de obra cualificada, como la alternativa de producción cada vez más favorecida frente a China.
India y Modi
La India del primer ministro del BJP, Narendra Modi, se ha negado reiteradamente a unirse a Washington en la condena de las acciones de Rusia en Ucrania. Ha desafiado las sanciones estadounidenses a la compra de petróleo ruso, a pesar de las repetidas amenazas estadounidenses de consecuencias. Además de ser miembro de los Brics, India es también un importante comprador de material de defensa ruso desde hace mucho tiempo.
Modi se enfrenta a unas elecciones nacionales en la primavera de 2024, y a otras regionales importantes este año, que determinarán su futuro. En enero se lanzó un claro ataque angloamericano contra Modi y su principal respaldo financiero. Una oscura empresa financiera de Wall Street, Hindenburg Research, realiza supuestamente “investigación financiera forense” para buscar corrupción o fraude en empresas que cotizan en bolsa, con lo cual luego vende una empresa “en corto” a medida que se publica su investigación. La misteriosa empresa surgió en 2017 y se sospecha que tiene vínculos con la Inteligencia estadounidense.
En enero, Hindenburg puso en el punto de mira a un multimillonario indio, Gautam Adani, jefe del Grupo Adani y, en aquel momento, supuestamente el hombre más rico de Asia. Adani es también el principal patrocinador financiero de Modi. La fortuna de Adani se ha multiplicado enormemente desde que Modi se convirtió en Primer Ministro, a menudo en empresas vinculadas a la agenda económica de Modi.
Desde el informe Hindenburg del 24 de enero, en el que se denunciaba el uso indebido de paraísos fiscales y la manipulación de acciones, las empresas del Grupo Adani han perdido más de 120.000 millones de dólares de valor de mercado. El Grupo Adani es el segundo mayor conglomerado de India. Los partidos de la oposición han señalado que Modi está vinculado a Adani. Ambos son amigos desde hace mucho tiempo y comparten su mismo origen en Gujarat.
El informe Hindenburg, que afirma ser el resultado de dos años de investigación y visitas a media docena de países -lo que sugiere que fue una apuesta de inversión bastante costosa para una pequeña empresa de investigación de Wall Street- acusó a las empresas Adani, entre otras cosas, “de que el conglomerado indio de 17,8 billones de rupias indias (218.000 millones de dólares estadounidenses) ha participado en una descarada manipulación de acciones y un esquema de fraude contable durante décadas… Nuestra investigación implicó hablar con docenas de personas, incluidos antiguos altos ejecutivos del Grupo Adani, revisar miles de documentos y realizar visitas indagatorias en casi media docena de países”.
Los detalles del esfuerzo de Hindenburg por desacreditar y poner en corto las acciones de una empresa en la remota India, gastando claramente grandes sumas para documentar, sugiere que podrían tener confidentes bien informados o fuentes de inteligencia ayudándoles a apuntar a un grupo vulnerable con estrechos vínculos con Modi. De lo contrario, habría sido una apuesta de muy alto riesgo para ellos. O tienen una suerte fenomenal.
El mismo mes en que apareció la sospechosamente oportuna revelación de Hindenburg sobre Adani, en enero de 2023, la BBC, propiedad del gobierno británico, emitió un documental de televisión en el que se alegaba el papel de Modi hace dos décadas, en 2002, en los disturbios religiosos de Gujarat, cuando era gobernador. El reportaje de la BBC, que ha sido prohibido en la India, se basaba en información de inteligencia inédita facilitada a la BBC por el Ministerio de Asuntos Exteriores del Reino Unido. Interesante.
El gobierno de Modi tomó medidas extraordinarias para censurar “India: The Modi Question”, la película de la BBC en la India. Las autoridades indias atacaron a la BBC por producir “propaganda”, allanaron las oficinas de la BBC en India por presuntos delitos fiscales e invocaron poderes de emergencia para obligar a las empresas de medios sociales a retirar los enlaces a los vídeos de la BBC. La policía detuvo a manifestantes estudiantiles que organizaban sesiones de exhibición del documental en campus de todo el país. La BBC, con la ayuda del Ministerio de Asuntos Exteriores británico, dio en el clavo.
Los lazos entre India y Rusia
Al negarse a sumarse a las sanciones de la OTAN contra Rusia y mantener un estricto principio de neutralidad, como ha hecho desde la época de la Guerra Fría, Modi ha aprovechado la disponibilidad del crudo ruso que ahora rechazan Estados Unidos y la Unión Europea. Rusia es ahora el mayor proveedor de crudo de India, superando a Irak y Arabia Saudí. En diciembre, India compró a Rusia 1,2 millones de barriles diarios de crudo, la friolera de 33 veces más que un año antes. Irónicamente, parte de ese petróleo ruso se refina en la India y se reexporta a la Unión Europea, que acaba de prohibirlo. Según los analistas energéticos, “la India está comprando cantidades récord de crudo ruso con grandes descuentos, haciendo funcionar sus refinerías por encima de la capacidad nominal, obteniendo la renta económica de las diferencias de precio por las nubes y exportando gasolina y gasóleo a Europa”.
Antes del comienzo de la guerra de Ucrania, la India sólo compraba el 1 por cien del crudo ruso. Esa cifra subió al 28 por cien en enero. Ningún otro país ha aumentado tanto su consumo de petróleo ruso, ni siquiera China, que también ha incrementado significativamente sus compras de crudo ruso. Si sumamos las importaciones de fertilizantes y aceite de girasol rusos y otros productos, las importaciones de India procedentes de Rusia aumentaron más de un 400 por cien en ocho meses hasta noviembre, con respecto al año anterior.
Merece la pena destacar, en el tema de los grandes beneficios por compra del petróleo ruso con descuento, a la mayor empresa de la India por valor de mercado, Reliance Industries Ltd, que ha sido uno de los principales compradores privados de ese petróleo. Reliance, que posee en Jamnagar la mayor refinería del mundo por capacidad, obtuvo de Rusia el 27 por cien de su petróleo en mayo de 2022, frente a sólo el 5 por cien antes de abril. Es probable que esa suma haya aumentado desde entonces. Notable, ya que el presidente de Reliance, Mukesh Ambani, está en la Junta del Foro Económico Mundial de Davos, que es uno de los principales promotores de acabar con el petróleo crudo y el gas para la Agenda Verde 2030 de la ONU. La ideología es bonita, pero los grandes beneficios parecen serlo más.
George Soros entra en escena
Como una indicación más de que Washington y Londres buscan un cambio de régimen en la India, George Soros, hablando el 17 de febrero en la Conferencia Anual de Seguridad de Munich, declaró, ominosamente, que, en efecto, los días de Modi están contados.
Soros, de 92 años, declaró: “India es un caso interesante. Es una democracia, pero su dirigente Narendra Modi no es un demócrata”. Esto es algo como la sartén diciendo al cazo que está sucio. Refiriéndose claramente al reciente documental de la BBC, Soros añadió: “Incitar a la violencia contra los musulmanes fue un factor importante en su meteórico ascenso”.
Soros detalló su acusación contra el dirigente indio: “Modi mantiene estrechas relaciones tanto con sociedades abiertas como cerradas. India es miembro de la Quad (que también incluye a Australia, Estados Unidos y Japón), pero compra mucho petróleo ruso con un gran descuento y gana mucho dinero con ello”.
Soros ha participado en todas las revoluciones de colores desde la década de 1980, incluyendo Yugoslavia, Ucrania, la violación de Rusia por Yeltsin en la década de 1990, en Irán, contra la Hungría de Orban, e innumerables países que no siguen la agenda de “democracia” de libre mercado de Washington. Son asuntos de dominio público.
Soros sugirió con claridad que la revelación de Hindenburg Research sobre Adani, aliado de Modi, no es una coincidencia: “Modi y el magnate Adani son estrechos aliados; su destino está entrelazado… Adani está acusado de manipulación bursátil y sus acciones se desplomaron como un castillo de naipes. Modi guarda silencio sobre el tema, pero tendrá que responder a las preguntas de los inversores extranjeros y en el Parlamento. Esto debilitará significativamente el dominio de Modi sobre el gobierno federal indio y abrirá la puerta para impulsar las tan necesarias reformas institucionales”.
Y concluyó: “Puede que sea ingenuo, pero espero un renacimiento democrático en India”. Eso es lo que Soros llama un cambio de régimen a favor de alguien más dócil a la agenda globalista de la OTAN.
El multimillonario especulador de fondos de cobertura George Soros ha sido acusado de muchas cosas, pero nunca de ser ingenuo. Es de esperar que en los próximos meses se produzca una escalada masiva de las operaciones sucias de Occidente para tratar de derrocar a Modi y debilitar al grupo de países Brics que cada vez tratan más de oponerse a los dictados de Washington y de los globalistas de Davos.