El secretario de Estado John Kerry ha mantenido una conferencia telefónica con sus homólogos del Consejo de Cooperación del Golfo en la que les ha comunicado la aportación de Washington suministro de información, asistencia en la elección de los objetivos y el apoyo logístico sobre objetivos hutis. El Consejo Nacional de Seguridad (CNS) de Estados Unidos ha confirmado en un comunicado que «el presidente Obama autorizó la prestación de apoyo en materia de logística y de inteligencia a las operaciones militares llevadas a cabo por el CCG» [Consejo de Cooperación del Golfo].
Otros países e instituciones también han mostrado su apoyo a la agresión de los países integrantes del CGG, entre ellos las Liga Árabe, Sudán, Turquía o Egipto. De hecho, cuatro fragatas militares de la Marina egipcia partieron ayer hacia el Yemen, según ha confirmado un alto responsable del canal de Suez.
Mientras, la Unión Europea ha expresado su preocupación por los últimos acontecimientos. «Los últimos acontecimientos en Yemen han empeorado dramáticamente una situación ya frágil en el país, y pueden tener graves consecuencias para la región», ha señalado en un comunicado la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini. «Estoy convencida de que la acción militar no es una solución», ha añadido.
El máximo dirigente del movimiento huti, Abdel Malek al Huti, acusó ayer a Arabia saudí de cumplir la voluntad de Estados Unidos y el deseo de Israel de atacar a su movimiento. En sus primeras declaraciones tras la ofensiva lanzada ayer por Arabia saudí contra posiciones de las milicias, Al Huti ha dicho que los bombardeos aéreos «revelan la soberbia de Arabia Saudí y su mezquindad».
En un discurso, el dirigente del grupo chií acusó a Arabia saudí y a los países que la apoyan de ser «herramientas baratas y sucias» en manos de Estados Unidos e Israel. «Los bombardeos son un ataque contra el pueblo yemení», dijo Al Huti, quien calificó la agresión militar contra su posiciones de «agresión criminal injusta» e «injustificada». Además, denunció que Arabia saudí no respeta los derechos del Yemen, que según Al Hutí «nunca ha supuesto un peligro para sus vecinos».
Asimismo, ha tachado a Riad de ser el «cuerno de Satanás» que ejerce su influencia «malvada» sobre la región. Al Huti ha indicado que el objetivo de la agresión militar es «la invasión y la ocupación del Yemen», aunque ha destacado también que el «pueblo yemení no va a ser una presa fácil».
Ayer Ansaralá hizo un llamamiento al pueblo yemení a la «yihad» contra la coalición integrada por nueve países árabes y Pakistán que participa en dicha ofensiva aérea. Alrededor de 200.000 personas, entre milicianos y seguidores de los hutis se manifestaron en la capital yemení en protesta por la agresión militar encabezada por Arabia Saudí, que pretende cortar la ofensiva de los rebeldes chiíes contra Adén, sede del Gobierno del presidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi.
El gobierno iraquí ha expresado su «preocupación» por la intervención militar. En un comunicado, el ministro de Asuntos Exteriores de Irak ha rechazado el uso de la fuerza que «conduce a complicar la situación».
Por su parte, Irán ha considerado que la ofensiva ataca la soberanía yemení. «Los ataques aéreos liderados por Arabia Saudí deben parar inmediatamente y van contra la soberanía de Yemen […] Haremos todos los esfuerzos a controlar la crisis en Yemen», ha señalado el ministro de Asuntos Exteriores de Irán Mohammad Javad Zarif.
El grupo libanés chií Hezbolá se ha sumado a la condena calificando el ataque de «agresión injusta» que lleva a incrementar la tensión en la zona y ha hecho un llamamiento a Arabia saudí y sus aliados para que detengan la ofensiva. «Carece de justificación legal o legitima», ha declarado Hezbolá en un comunicado. «La agresion responde a intereses americanos y es un gran favor para el emenigo sionista», añaden en referencia a Israel.