Hasta ahora el Tesoro de Estados Unidos no desglosaba los datos de su deuda en poder de 14 países exportadores de petróleo, que incluía a Ecuador, Venezuela, Indonesia, Bahrein, Irán, Irak, Kuwait, Omán, Catar, Emiratos Árabes Unidos (UAE), Argelia, Gabón, Libia y Nigeria.
Ahora la agencia de noticias Bloomberg ha obligado judicialmente al Departamento del Tesoro a detallarla.
En julio de 1974 la crisis del petróleo agravó la situación económica de Estados Unidos, que ya se había visto afectada por un embargo que los países miembros de la OPEP impusieron contra Washington por su apoyo a Israel durante la guerra del Yom Kipur.
A raíz de aquellos acontecimientos, el ministro de Finanzas de la época, William Simon, decidió hacer una gira especial por los países de Oriente Medio y Europa.
Oficialmente esta ronda de visitas fue presentada al mundo como una visita más. Sin embargo, Simon tenía realmente un único objetivo: llegar a Arabia saudí para hablar sobre el problema de la utilización del petróleo como arma económica.
Además, Nixon quería persuadir a los saudíes de la necesidad de invertir en la deuda pública de Estados Unidos. Entonces Nixon dejó muy claro a Simon que su fracaso en las negociaciones con Arabia Saudí podría afectar negativamente la salud económica del país.
Las principales condiciones del futuro acuerdo eran las siguientes: Estados Unidos se comprometía a comprar petróleo y facilitaban apoyo militar a Riad, a cambio, Arabia Saudí inviertía miles de millones de dólares en las arcas públicas de Washington.
Para ajustar todos los detalles del acuerdo, ambas partes sostuvieron una ronda de negociaciones a puerta cerrada. Tras varios meses de negociaciones solo faltaba fijar la única cláusula del futuro acuerdo: la compra de bonos de deuda pública estadounidense por parte de Riad debería quedar en secreto.
Los funcionarios del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos lograron encontrar una solución al problema de la confidencialidad al permitir a Riad no participar de una licitación especial, obligatoria en este tipo de casos, para poder comprar los bonos estadounidenses.
Con esta enmienda especial era casi imposible determinar la presencia de capitales saudíes en el mercado de deuda pública de los Estados Unidos.
Desde el punto de vista político, el acuerdo sellado por Arabia Saudí y Estados Unidos fue bastante complicado y ambiguo. Varios países luchaban en aquellas décadas por el dinero de Riad, como Japón, Francia y el Reino Unido pero Washington se había logrado adelantar a sus socios.
Por su parte, el tercer rey de Arabia Saudí, Faisal bin Abdelaziz, temía que el dinero saudí pudiera quedarse en manos de Israel. Este dinero habría podido llegar a Israel en forma de ayuda militar que los Estados Unidos prestaron a la entidad sionista después de la guerra del Yom Kipur.
De acuerdo con la información facilitada por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, actualmente Arabia saudí posee bonos de Estados Unidos por valor de 116.800 millones de dólares.