Hablando en Chicago ante un auditorio muy selecto el 13 de abril de 2015, el analista político más influyente de Estados Unidos, George Friedman, definió la prioridad estratégica de Estados Unidos: separar a Alemania de Rusia, porque “unidas son la única fuerza que podría amenazarnos”, dijo.
Rusia siempre ha estado interesada en mantener una zona neutral de seguridad en Europa del este. Pero el propósito de Estados Unidos es construir un cordón sanitario desde el Báltico hasta el Mar Negro, como barrera definitiva que separe a Rusia de Alemania.
Friedman señaló que el plan de Estados Unidos no es matar a Rusia, sino “sólo hacerles sufrir”. El comandante del ejército de Estados Unidos en Europa, el general Ben Hodges, acababa de visitar Ucrania, condecorando a soldados ucranianos y prometiéndoles instructores. Estaba haciendo esto fuera de la OTAN, dijo Friedman, porque la adhesión a la OTAN requería la aprobación del 100 por cien y Ucrania corría el riesgo de ser vetada, por lo que Estados Unidos seguía adelante por su cuenta.
Lo que Estados Unidos ha temido durante mucho tiempo, dijo Friedman, es la combinación del capital y la tecnología alemanes con los recursos y la mano de obra rusos. El gasoducto Nord Stream iba en esa dirección, hacia acuerdos comerciales y de seguridad mutuos que ya no requerirían ni el dólar ni la OTAN.
Para Rusia, añadió Friedman, la situación de Ucrania “es una amenaza existencial. Y los rusos no pueden permitirse dejarlo pasar”. Para Estados Unidos, sin embargo, es un medio para un fin: separar a Rusia de Alemania.
Friedman concluyó que la gran pregunta era: ¿cómo reaccionarán los alemanes? Hasta ahora, los dirigentes han reaccionado como los leales gestores de un país bajo la ocupación militar estadounidense, que es lo que es.
El artículo me ha dolido como una patada en el hígado. Redunda en la idea de que Rusia es un país de tontos con suerte a los que ha tocado en suerte muchos recursos, porque es muy grande.
La situación del sector energético en Rusia es el resultado de la planificación económica soviética: hay mucho capital invertido en prospecciones, geología, infraestructura, obras hidráulicas, centrales nucleares, etc, que es lo que sucede cuando el proletariado dirige y planifica las fuerzas productivas.
Desgraciadamente, en este caso se cumple el dicho bíblico de que unos sembraron y otros recogieron.