Estados Unidos se ha tomado en serio el bloqueo naval que quieren imponer los huthíes en el Mar Rojo. Ansarollah ha amenazado con atacar cualquier barco mercante vinculado a Israel que navegue por el estrecho de Bab El Mandeb y los ataques se han intensificado.
En las últimas veinticuatro horas al menos cuatro barcos han sido atacados con misiles y drones lanzados desde los territorios controlados por los huthíes. El Ardmore Encounter, que enarbola pabellón de las Islas Marshall, fue el primero en ser objeto de un intento de abordaje, repelido por su equipo de seguridad privado, antes de ser alcanzado por dos misiles.
Tras responder a su llamada de socorro, el destructor estadounidense Mason derribó un dron que, a priori, se dirigía directamente contra él.
Operado por el armador danés Maersk, el buque portacontenedores Gibraltar también fue blanco de un misil mientras navegaba entre Salalah (Omán) y Jedah (Arabia saudí). El proyectil cayó a 50 metros de su posición.
“Los recientes ataques contra buques mercantes en el estrecho de Bab El Mandeb son extremadamente preocupantes. La situación actual pone en riesgo la vida de los marinos y es insostenible para el comercio mundial”, comentó Maersk. La naviera pide “medidas políticas para garantizar una rápida desescalada”.
Ayer los huthíes reivindicaron los ataques contra los buques portacontenedores MSC Alanya y MSC Panatium III porque se dirigían hacia Israel. Estos barcos fueron objetivo de dos misiles, después de que sus tripulaciones se negaran a responder a las llamadas de las fuerzas navales yemeníes, así como a los mensajes de advertencia, explicó Yehya Sari, el portavoz de Ansarollah.
Otros mercantes han sido objeto de ataques. Así, el buque portacontenedores Al Jasrah, matriculado en Liberia y operado por el armador alemán Hapag-Lloyd AG, fue alcanzado por un misil o un dron. “Sabemos que algo disparado desde una zona controlada por los huthíes en Yemen impactó en un barco que resultó dañado y se informó de un incendio”, afirmó un oficial estadounidense.
Eunavfor Atalanta, la fuerza naval europea dedicada a combatir la piratería marítima frente a las costas de Somalia, informó que el ESPS Victoria, que se dirigía hacia el granelero M/V Ruen enarbolando bandera de Malta, fue secuestrado por “piratas”.
El control naval del Mar Rojo
Para garantizar la seguridad en los estrechos de Ormuz y Bab El Mandeb, en 2019 Estados Unidos creó una fuerza multinacional, denominada International Maritime Security Construct. De ella forma parte el CTF Sentinel, un navío gestionado desde Bahrein. En la coalición participan Estados Unidos, Reino Unido, Arabia saudí y Emiratos Árabes Unidos, junto con otros países, como Albania, Letonia, Estonia y Rumanía.
El CTF Sentinel es insuficiente para hacer frente al bloqueo del Mar Rojo y pronto debería verse reforzado por la llegada del destructor británico HMS Diamond.
Los huthíes “representan una amenaza concreta” para la navegación, denunció Jake Sullivan, asesor de Biden en materia de seguridad nacional. “Estados Unidos está trabajando con la comunidad internacional y sus socios en la región para enfrentar esta amenaza”, dijo durante su visita a Tel Aviv.
La número dos del Pentágono, Kathleen Hicks, ha dicho lo mismo en una entrevista. “Creemos que la libertad de navegación es una regla del sistema internacional que debe ser respetada”, comentó. “Este es un problema internacional que requerirá una solución internacional. Estamos trabajando con nuestros aliados y socios en ello”, concluyó.
El enviado especial de Estados Unidos para Yemen, Tim Lenderking, anunció que el gobierno de Biden busca un acuerdo “lo más amplio posible” para formar una coalición naval para proteger a los barcos que transitan por el Mar Rojo, lo que “indicaría a los huthíes que sus ataques no serán tolerados”.