El comunicado de prensa de la Casa Blanca justifica la medida por los supuestos ciberataques rusos sufridos por el país durante la campaña electoral y las elecciones presidenciales.
Los diplomáticos sancionados por Washington tienen 72 horas para abandonar Estados Unidos, mientras que el acceso a los dos supuestos complejos de inteligencia rusa, desde donde -según la Casa Blanca- se realizaban acciones de ciberespionaje por parte del Servicio Federal de Seguridad (FSB) y el Departamento Central de Inteligencia (GRU), estará prohibido para todos los funcionarios rusos a partir de esta tarde.
“Seguiremos dando pasos de diversa índole cuándo y dónde decidamos, algunos de los cuales no serán dados a conocer públicamente. Estados Unidos y nuestros amigos y aliados en todo el mundo debemos trabajar conjuntamente para oponernos a los esfuerzos de Rusia para socavar las normas internacionales de comportamiento y para interferir en los gobiernos democráticos”, añade la nota de prensa de la Casa Blanca.
Por su parte, el Ministerio ruso de Asuntos Exteriores ha declarado que estas nuevas sanciones son contraproducentes, porque van a dificultar el restablecimiento de las relaciones bilaterales entre ambos países.
El pasado mes de octubre, la CIA presentó un análisis en el que acusó a Rusia de intervenir con ayuda de piratas informáticos en el curso de las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016 para ayudar a Donald Trump a ganar. Sin embargo, la Oficina del Director de la Inteligencia Nacional no respalda dicha información y asegura que no cuentan con pruebas que confirmen tales acusaciones.
Según el informe de la CIA, los supuestos piratas rusos vulneraron cuentas de correo tanto de del Partido Demócrata de Hillary Clinton, como del Republicano de Donald Trump.
Por otro lado, el Kremlin declara que Washington debe presentar pruebas fehacientes de los supuestos ciberataques por parte de Rusia durante la campaña electoral estadounidense o, de lo contrario, dejar de lanzar acusaciones.