Estados Unidos crea un gran acuerdo comercial en el Pacífico contra China

Estados Unidos ya tiene un pie en el Pacífico y no tiene intención de sacarlo de ahí. Con el multilateralismo y la cooperación internacional como bandera, Barack Obama quiere blindar la presencia de Estados Unidos en el sureste asiático con el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica. El TPP (por sus siglas en inglés) es una de las piedras angulares del pivot hacia el Pacífico anunciado por la administración Obama, una política orientada a contener la creciente influencia de China.

El TPP supone el pilar comercial de esta estrategia y le da a Washington la oportunidad de escribir las reglas de comercio mundial.

Al unirse al Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica en 2010, Estados Unidos lo transformó radicalmente y asumió su liderazgo. De hecho, el acuerdo pasó de estar integrado por Brunei, Chile, Nueva Zelanda y Singapur (conocidos como P4) a proponer un área de libre comercio que incluye el 40 por ciento del PIB mundial y un tercio del comercio mundial. Más adelante se incorporarían Australia, Canadá, Malasia, México, Perú, Vietnam y Japón, el último en firmar su entrada, el 5 de octubre.

Además de reducir las barreras arancelarias y crear un área de libre comercio, el TPP supone una armonización de legislaciones en asuntos como el acceso a internet, la protección de la inversión, la propiedad intelectual o la protección del medio ambiente. Sin embargo, la armonización legislativa en materia medioambiental y laboral será difícil ante los los procesos de industrialización en marcha en el sureste asiático.

El TPP ha sido un proyecto polémico desde su origen. En noviembre de 2013 Wikileaks filtró los acuerdos provisionales negociados en secreto sobre propiedad intelectual. Uno de los capítulos más difíciles de negociar del TPP será precisamente el relativo a medicamentos y patentes. En este y otros ámbitos, los detalles del acuerdo son desconocidos y generan incertidumbre.

Como todos los acuerdos de liberalización comercial a gran escala, el TPP hace frente a múltiples críticas. Obama, además, se ha encontrado con una resistencia de última hora dentro de Estados Unidos, donde el acuerdo es más defendido por los republicanos que por los demócratas. El Partido Demócrata ha presionado junto con sindicatos y ONG para rechazarlo. Entre las razones para ello denuncian la desprotección de algunos derechos laborales.

Incluso Hillary Clinton se ha declarado recientemente contraria al TPP. Los sindicatos, por su parte, tienen miedo a la relocalización de los empleos industriales bien remunerados en Estados Unidos en países del sureste asiático con menores costes laborales. Por otro lado, algunos de los opositores al TPP alertan sobre la posiblidad de que el órgano de resolución de controversias establecido en el acuerdo socave la soberanía nacional.

El gran ausente y por ello el más presente del TPP es China. El potencial integrador del acuerdo se reduce por la ausencia del gigante asiático. ¿Cómo promover mecanismos de integración regional en Asia-Pacífico sin considerar la participación de China? Los proyectos de liberalización comercial a escala regional no pueden separarse de las consideraciones estratégicas y geopolíticas. Y China ocupa hoy el epicentro económico global. Para Pekín, el TPP es una herramienta hegemónica de Estados Unidos.

Por su parte, algunos sectores estadounidenses acusan a China de provocar una carrera armamentística que busca desplazar la hegemonía estadounidense en Asia-Pacífico. China representa y seguirá siendo el competidor más importante de Estados Unidos en las próximas décadas. Como tal, se necesita una respuesta más coherente de Estados Unidos ante el aumento del poder de China. Para muchos expertos, el éxito del TPP es una cuestión de seguridad nacional.

China no tiene dudas acerca de la naturaleza geoestratégica del TPP. El acuerdo no solo dará ventaja a Estados Unidos en un escenario de creciente competencia, también se la dará a los países firmantes que son vecinos de China y competencia en terceros mercados.

Nadie duda de que Pekín prepara su propia estrategia de respuesta, que podría ser la promoción de acuerdos de libre comercio regionales.

Fuente: http://www.politicaexterior.com/actualidad/integracion-en-el-pacifico-con-china-al-margen/

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