Los militares israelíes, que saben mucho de estos asuntos, utilizaban una palabra tan contundente como “capitulación” para dejar claro que Estados Unidos acepta como propia la política rusa en Siria.
Washington admite que Bashar Al-Assad se va a mantener al frente del gobierno de Damasco y ante un hecho consumado, DebkaFiles analiza las posibles repercusiones que ello supone para Israel, sobre todo en un capítulo tan delicado como es que la posición rusa no es sólo rusa sino que comprende a Irán y a Hezbolá.
Por lo tanto, a Israel no le queda más remedio que admitir la presencia de Al-Assad como vecino, más la de Irán y Hezbolá, un trago demasiado amargo, no tanto por tratarse de Rusia, como la conocida enemistad israelí hacia el trío compuesto por Irán, Siria y Hezbolá, que le ha llevado a sostener al Califato Islámico y al Frente Al-Nosra.
El sitio ruso Lenta.ru recoge unas declaraciones de Kerry sobre Ucrania que tuvieron que sorprender a los rusos: Estados Unidos no busca aislar a Rusia del mundo, añadiendo que estaban dispuestos a levantar las sanciones económicas.
Desde
Washington el portavoz del Departamento de Estado matizó inmediatamente las palabras
de Kerry de una manera sofisticada: “El secretario de Estado ha dicho eso correctamente porque nosotros no seguimos esa política, porque Rusia se aísla a sí misma”.
El
matiz que añaden en Washington es muy interesante, tanto como el hecho
mismo de que el ayudante se explique mejor que el propio jefe.
Además, Kerry asegura que Estado Unidos no pretende un cambio de régimen en Damasco. Incluso Kerry fue más allá y rechazó la exigencia de la oposición de que Assad se vaya cuando empiecen las conversaciones de paz porque es una “posición inviable, obviamente”. Pero no dijo por qué es “inviable”, aunque cabe sospecharlo: porque Rusia se opone a ella.
La nota de prensa de Lenta.ru añade que Estados Unidos y Rusia se han puesto de acuerdo en hacer una lista común sobre quiénes son los amigos y quiénes los enemigos en Siria, pero no han sido capaces de poner las siglas que están a un lado y las que están al otro, es decir, quiénes llevan la etiqueta maldita de “terroristas” y quiénes son los “moderados”.
Posiblemente esa sea la tarea encomendada a la reunión del grupo de Viena prevista para el viernes en Nueva York.