“No nos iremos mientras las fuerzas iraníes permanezcan fuera de las fronteras de Irán, y eso incluye a los aliados de Irán y a las milicias armadas”, dijo el lunes John Bolton, asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca.
No es la primera vez que un alto cargo estadounidense anuncia una presencia indefinida de Estados Unidos en territorio sirio, donde Washington tiene unos 2.000 soldados desplegados. En enero, el Pentágono anunció que Estados Unidos mantendría una presencia militar en Siria “durante el tiempo que fuera necesario”. En junio, el secretario de Defensa Jim Mattis advirtió a los aliados de Estados Unidos que abandonar Siria sería un “error estratégico”.
Pero es la primera vez que la Casa Blanca vincula la presencia de sus tropas con la de soldados iraníes y pro-iraníes en Siria. Este vínculo directo cambia la naturaleza de la intervención imperialista en Siria: primero se justificaron por el derrocamiento del gobierno de Bashar Al-Assad y luego por la lucha contra el terrorismo del Califato Islámico. Ahora la excusa es una guerra indirecta contra Irán.
El general Mattis miente cuando asegura que la política de Estados Unidos en Siria no ha cambiado. “Estamos en Siria para derrotar al Califato Islámico […] y asegurarnos de que no vuelva en cuanto le demos la espalda”, ha dicho.
Una guerra indefinida en Siria se vincula al chantaje de los acuerdos de paz, es decir, al intento de los imperialistas por conseguir sobre una mesa lo que han perdido en el campo de batalla. “Es responsabilidad de Bashar al-Assad, pero también de quienes le apoyan, iniciar una solución política […] de lo contrario nos arriesgamos a avanzar hacia una forma de guerra perpetua en la zona”, advirtió el lunes el ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean Yves Le Drian.
“Ahora hay cinco ejércitos enfrentados en Siria y los recientes incidentes demuestran que el riesgo de una guerra regional es muy real”, añadió, calificando como “incidente” el derribo de una avión de reconocimiento ruso con 15 personas a bordo.
“Este cambio estratégico es peligroso”, dice Andrew Parasiliti, del grupo de expertos de Rand Corporation. “Como candidato y como presidente, Trump dijo que la guerra en Irak fue un error y que quería sacar a los soldados estadounidenses de Siria”, dijo. “Pero la política estadounidense ahora es quedarse en Siria mientras Irán permanezca allí, e Irán no parece tener prisa por irse”, agrega. “Por lo tanto, existe el riesgo de una escalada o de accidentes con el ejército ruso, como vimos la semana pasada con Israel”.
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