El banquero indicó que el impacto psicológico de un Brexit duro en los mercados financieros sería destructivo, como ya ocurrió con la quiebra de Lehman Brothers en 2008.
Según él, un Brexit sin acuerdo dificultaría a los británicos viajar y encontrar muchos productos en las tiendas y, por lo tanto, tendría un efecto negativo significativo en toda la economía mundial, sus sectores real y financiero.
El jueves 12 de septiembre, el primer ministro británico Boris Johnson prometió que su país estaba listo en caso de que el Brexit no llegara a un acuerdo, un escenario cada vez más probable según la Unión Europea.
El 31 de octubre el Primer Ministro se comprometió a sacar a su país de la Unión Europea a toda costa, a pesar de una ley en el Parlamento británico que le obligaba a solicitar un nuevo aplazamiento si no se llegaba a un acuerdo el 19 de octubre.
Según un informe del gobierno que presenta el peor escenario posible del impacto económico y social de la falta de acuerdo, la falta de acuerdo podría conducir a la escasez de medicamentos y alimentos en el Reino Unido.