Si el asunto se hubiera planteado a la inversa, es decir, si algún país magrebí hubiera servido de plataforma a una televisión española que emitiera programación antigubernamental, estaríamos en presencia de una de esas campañas anti-árabes o anti-islámicas a las que nos acostumbran.
Pero siempre habrá alguno que busque en la libertad de expresión de que -como es bien sabido- disfruta nuestro país, una justificación para instalar aquí una televisión argelina de oposición. Si fuera al revés, a ese mismo mequetrefe no se le ocurriría hablar de libertad de expresión en Argelia, Marruecos o Túnez.
Aunque la nueva cadena, llamada “Ma Télé”, emite desde Madrid, tiene sus oficinas en Francia y próximamente abrirá otras en Marruecos y Túnez porque quieere extender sus tentáculos a todo el Magreb.
No es la única de oposición del gobierno argelino, que ya tienen otras dos, aunque todas ellas emiten desde fuera de Argelia: Al-Magharibia TV desde Londres y El Asr desde Suiza.
Uno de los impulsores de la nueva cadena es el opositor Hichem Abud, antiguo capitán del servicio secreto argelino DRS, exiliado en Francia. En 2002 el antiguo capitán argelino publicó su libro “La mafia de los generales” y en 2013 sus críticas al gobierno le valieron el cierre de su diario “Mon Journal” y su versión arabófona Jaridati.
Como no puede ser de otra manera, el capitán argelino no es más que un hombre de paja de alguien, que es quien le ha puesto el dinero encima de la mesa.
Que alguien, como un miembro del espionaje, pase del secreto a la locuacidad de un medio de comunicación, tampoco es extraño. Los espías no se caracterizan por sus silencios sino por sus mentiras. De ahí que en todos los países tengan unas relaciones tan privilegiadas con los medios de comunicación.