Será del 6 al 30 de junio y se desarrollará en Marruecos, Túnez, Senegal y Ghana. Dirigido por la Fuerza de Tarea del Sur de Europa del Ejército de Estados Unidos (AFRICOM), el ejercicio African Lion 22 se ejecutará en cuatro países clave del rearme en el norte de África.
Los militares de Brasil, Chad, Francia, Italia, los Países Bajos, España y el Reino Unido se unirán a las tropas estadounidenses y del país anfitrión.
African Lion 22 cuenta con un puesto de mando de la fuerza de tarea conjunta, un ejercicio de fuego en vivo de armas combinadas, un ejercicio marítimo, un ejercicio aéreo incluyendo aviones bombarderos, una entrada forzosa conjunta con paracaidistas, un entrenamiento de ataque químico, biológico, radiológico y nuclear, así como un ejercicio de respuesta. También se incluye un evento de asistencia humanitaria, con cámaras de televisión que simularán la atención mediática.
El ejercicio, que en este año es el más cuantioso en volumen de personal, tiene como misión exhibir músculo y sondear la capacidad de respuesta de los países «hostiles» al bloque norteamericano en África.
Estas maniobras, de las que no fue informado el Congreso de los Diputados, a pesar de su envergadura, se llevan preparando desde hace meses entre todos los países involucrados, y la participación de España se hace en el momento en que Mauritania y Argelia se están alejando de la Unión Europea.
Aunque ha circulado rumores de que España finalmente no iba a participar, sin embargo desde la web del comando AFRICOM de los Estados Unidos, la participación española se detalla sin ambages, aunque no se detalla si la misma será directa o indirecta.
Fuente: AFRICOM
A reseñar del texto:
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entrenamiento de ataque químico, biológico, RADIOLÓGICO y nuclear
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Y nos llaman conspiranoicos a los que decimos que los repetidores de telefonía móvil (sobre todo el 5G) son un arma militar.
Nótese asímismo los ensayos «con cámaras de televisión que simularán la atención mediática», para entrenar a la soldadesca en que delante de las cámaras hay que aparentar y, sobre todo, tapar las barrabasadas, al estilo de lo que vemos hacer a nuestra (pagada por nosotros) purricía, interponiéndose despacito, con pasos cortos y disimuladamente, para taparnos y evitar que la población grabe los abusos que cometen.