Con esta forma de medir el grado de empobrecimiento de los ciudadanos de un país, España obtiene una puntuación de 36,9 puntos, situándose en el undécimo puesto de la lista, a dos décimas del país número 10 (ocupado por Armenia).
Asimismo, la tabla elaborada consta de un apartado que indica el mayor factor que contribuye a que un país ocupe el correspondiente puesto, siendo en el caso de España la tasa de desempleo. “Además, en España incide también la restricción del crédito. Ese es el gran problema”, declara el autor al periódico “La Celosía”.
El pasado mayo, el economista Hanke elaboró un índice similar de 90 países, en el que España ocupó el séptimo puesto con un valor de 37,6 puntos, de nuevo con la tasa de desempleo como principal factor y solo superada por Serbia entre los países europeos.
El pasado 30 de octubre, Cáritas e Intermon Oxfam, apoyadas por otras organizaciones como UNICEF, publicaron un informe referente a la situación española en el que se consignan realidades tan inquietantes como la existencia de 11.746.000 de personas excluidas, de un 36,3 por ciento de pobreza infantil.