Un segundo paso desconcertante fue el abandono del pacto comercial del Pacífico, que de hecho dejó a merced de China todo el comercio del área del Pacífico.
Otra de las medidas tomadas por Trump ha sido la imposición de grandes impuestos al acero y al aluminio como medida de protección de la industria norteamericana, así como el despido de su hija y su yerno.
Todos estos hechos han llamado la atención en forma negativa en la Unión Europea y en Japón, donde la tradicional política USA era el permitir el ingreso de esas mercancías al mercado USA.
Pero si miramos con atención veremos que estos hechos aparentemente incoherentes y contradictorios con la política tradicional americana no son tales.
Trump ha entendido que es indispensable un cambio político de calado, y hay hechos conexos que avalan esta opinión.
Hace muy pocos días Vladimir Putin dio a conocer en una comparecencia solemne ante el Parlamento ruso una serie de armas nuevas que dan a Rusia una enorme preeminencia en materia de armamentos, tales como el cañón de riel, los misiles hipersónicos, que pueden viajar a velocidades de 5 ó 6 mil kilómetros y que son invulnerables ante cualquier escudo antimisiles, un dron submarino, capaz de acercarse a las costas de cualquier país del mundo, y atacarlo con esos mismos misiles, y un nuevo sistema capaz de recorrer todo el globo terrestre sin ser detectado.
Todo este nuevo armamento pone a Rusia en ventaja sobre los USA, y a ello hay que sumar el hecho de que un grupo importante de senadores norteamericanos tanto republicanos como demócratas han enviado a Trump una carta donde le piden que llegue a acuerdos con Rusia, ante la gravedad de la situación de desequilibrio entre ambos rivales, y que ponen a los USA en segundo o quizá en tercer lugar como gran potencia.
Si a todo esto agregamos el anuncio de la disposición de Trump para reunirse con Kim Yong Un, presidente de la República Popular y Democrática de Corea, lo que implica que todos los portaaviones y maniobras que los EEUU han realizado junto con Japón y Corea del Sur, las amenazas de arrasar a la vecina Corea del Norte, las sanciones, la campaña de descrédito y ridiculización de Kim Yong Un, no han servido para nada.
Donald Trump es sin duda un tipo impredecible y correoso; ha prometido una serie de cambios en los Estados Unidos, ha prometido hacer a “América más grande”, y todo ello revela que se trata de un hombre inteligente que ha comprendido que no tiene más salida que un acuerdo con Rusia y con China, y ello le ha llevado a rebajar los impulsos imperiales. Trump es tan imperialista como sus antecesores, pero tiene el convencimiento de que enfrentarse a Rusia y a China lleva a un callejón sin salida para los Estados Unidos. La comparación con Gorbachov es evidente. Gorbachov liquidó la URSS y junto con ella todo el campo socialista, y Trump ha sido realista, y va a acabar con la política imperial, al menos como la conocemos hasta ahora.