Hay que tomar “decisiones cruciales” en materia de empleo para limitar la supresión de puestos de trabajo.
En sus previsiones, la OCDE advierte que el desempleo puede pasar del 8,4 por ciento en mayo en todos los países miembros al 9,4 por ciento a finales de este año.
Esta situación puede explicarse por el gran número de “trabajos de zombies”. En junio, 60 millones de trabajadores seguían trabajando a tiempo parcial. La OCDE estima que el 20 por ciento de esos empleos ya no serían viables y que a la larga estarían en peligro de desaparecer, es decir, casi 9 millones.
Se trata de muertes en libertad condicional. Estamos hablando de “zombis”, ya que las empresas que poseen estos trabajos están sobreendeudadas y escapan de la inevitable quiebra al no pagar sus deudas. Sobreviven gracias a la ayuda del Estado, pero están condenados a la extinción.
Esto preocupa a muchos economistas, que ven esta ayuda como una forma artificial de mantener vivas las empresas que deberían haber quebrado durante la crisis. Se dice que algunas empresas favorecen esta supervivencia mediante el fraude.
En España el estado de alarma impuesto por el gobierno dejó a casi 3 millones y medio de trabajadores en un ERTE. Hasta junio sólo habían vuelto a trabajar 1 millón y medio de ellos, por lo que la mayoría, unos dos millones de trabajadores, no ha recuperado su puesto de trabajo (*).
Además, el gobierno español investiga a más de 75.000 empresas para detectar fraudes en los ERTE. La Inspección de Trabajo ha realizado 27.500 informes para comprobar si los ERTE se ajustaban a la legalidad.
(*) https://www.antena3.com/noticias/espana/fraude-erte_202007025efdeb745a257f000197f3af.html
La legalidad a la que aludiría la inspección de trabajo es una legalidad burguesa, siempre favorable al capital. Legal o ilegal, la cuestión es la ilegitimidad del sistema capitalista que explota a la clase obrera con contratos fijos y la sobreexplota con contratos basura, que son la mayoría. Lo de la OCDE, institución capitalista, es simplemente hipocresía y cinismo, pues las crisis sociolaborales llevan décadas instaladas en todo el mundo capitalista, siendo esenciales estas "crisis" para obtener ganancias y plusvalías la clase explotadora. Solo hay que ver las inmensas ganancias de los supermillonarios durante la oportuna "pandemia".
Actuar con urgencia para evitar que la "crisis" de empleo se convierta en "crisis" social, tal como alude el título de este artículo, significa acabar con el sistema capitalista, causante de tanta miseria, dolor y sufrimiento para la clase trabajadora.