“¡Ahora la bandera turca ondea allí! ¡La bandera de las Fuerzas Sirias Libres ondea allí!”, ha exclamado Erdogan, quien habló en una ceremonia conmemorativa de la Batalla de los Dardanelos durante la Primera Guerra Mundial.
Erdogan ha dicho que un “gran número” de combatientes kurdos habían “huido con el rabo entre las piernas”, y añadió que se habían desplegado unidades de las fuerzas especiales turcas en la ciudad.
Tras Erdogan, el Estado Mayor turco también ha declarado que el centro de Afrin está ahora “bajo su control”, añadiendo que “continúan las operaciones de búsqueda de minas y otros explosivos”.
La ciudad de Afrin es el objetivo principal de la ofensiva lanzada el 20 de enero por Turquía contra las milicias kurdas de YPG a las que el gobierno de Ankara considera como una organización “terrorista”.
No obstante, YPG es una fuerza apoyada y armada por Washington para lograr los propósitos del imperialismo en Oriente Medio.
La entrada de las fuerzas de Ankara en el centro de Afrin se produce en un momento en que la ofensiva turca se ha acelerado en las últimas semanas, tras unas primeras semanas marcadas por una dolorosa progresión.
Según cifras del ejército turco, 46 soldados turcos han muerto desde el lanzamiento de la ofensiva contra Afrin, conocida como Rama de Olivo.
El personal turco publicó en su cuenta de Twitter un vídeo que muestra a un soldado colgando una bandera turca en el balcón de un edificio.
El avance de las fuerzas turcas ha llevado en los últimos días a un éxodo masivo de civiles, lo que hace temer una nueva tragedia humanitaria en un país devastado por la guerra que ha dejado más de 350.000 muertos y millones de desplazados y refugiados desde 2011.
Varias docenas de civiles han sido asesinados en la región desde que se lanzó la ofensiva turca, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). Ankara niega que su objetivo sea las población civil, es decir, los habitantes kurdos.