Los “chetniks” confraternizan con los nazis |
Si en España los antifascistas lucha por recuperar la memoria que les han arrebatado tras 80 años de fascismo, en los Balcanes ocurre al revés: son los fascistas los que tienen que recuperarla, a su manera, naturalmente, es decir, falsificándola.
En Serbia los fascistas han abierto un sitio web (1) que se define a sí mismo como un “portal informativo de los nacionalistas serbios”.
Mijailovic es el máximo exponente de los “chetniks”, un grupo fascista serbio que durante la Segunda Guerra Mundial cooperó con los nazis alemanes, los fascistas italianos y los ustachas croatas en su intento de aplastar a la guerrilla antifascista yugoslava, lo cual es una constante del “nacionalismo” fascista: la traición abierta a esa nación que dicen defender.
En los noventa la Guerra de Yugoslavia alentó el resurgimiento de los “chetniks”, que empezaron a aparecer con esa imagen estereotipada que ha creado la propaganda imperialista desde hace décadas: fueron unas pobres víctimas del “terror comunista”.
En medio de aquella guerra y de sus crímenes, los “chetniks” actuales crearon una fuerza paramilitar y cometieron numerosos crímenes de guerra en Croacia, Bosnia Herzegovina y Kosovo.
Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, el dirigente de los “chetniks” Mijailovic fue condenado y ejecutado como traidor y criminal de guerra. El 7 de mayo el sitio web publicó una foto en la que se ve a unos 200 soldados del Ejército serbio parados delante del monumento a Mijailovic en la montaña de Ravna Gor. El homenaje tuvo lugar el 6 de mayo, día de San Marcos, fecha en la que los “chetniks” celebran el inicio de su levantamiento de 1941.
El homenaje contó con la aprobación del Primer Ministro, Ljubisha Dikovic. El diario Blic entrevistó al historiador Miloslav Samardzic, quien dijo que se sintió honrado de participar en la actividad como orador inaugural por invitación del ejército.
El ministro de Defensa, Alexandar Vulin, conocía el homenaje a Mijailovic y el comandante en jefe del ejército serbio, Alexandar Vucic, fue ministro de Información en el gobierno de Milosevic durante la guerra de los noventa y un dirigente del Partido Radical Serbio, de Seselj, los nuevos “chetniks”.
En 2008 fundó el Partido Progresista Serbio, partidario del ingreso en la Unión Europea y rama local del Partido Popular Europeo (EPP).
Austria limpia la basura croata
Lo mismo ocurre en Croacia con los “ustachas”, que durante la Segunda Guerra Mundial colaboraron con los nazis en la ocupación de su paropio país. El informe sobre derechos humanos del Departamento de Estado de Estados Unidos del año pasado reconoce:
“Los dirigentes de la comunidad judía han informado sobre evidencias de negación del Holocausto, y expresaron públicamente insatisfacción con la respuesta del Gobierno a la colocación de un grupo de veteranos de una placa con el saludo de la época de la Segunda Guerra Mundial ‘Za Dom Spremni’ (Por la patria, listos) en 2016 cerca del campo de la muerte de Jasenovac de la Segunda Guerra Mundial. El presidente Grabar-Kitarovic y el primer ministro Plenkovic condenaron la colocación de la placa en Jasenovac. En septiembre [de 2017], el Gobierno reubicó la placa de Jasenovac a un cementerio de veteranos cerca del pueblo de Novska, pero no hubo resolución legal sobre el uso del controvertido saludo de la era de los ustachas”.
Aunque no respalda abiertamente a los “ustachas” de la Segunda Guerra Mundial, el partido gobernante Unión Democrática Croata (HDZ) ha estado involuctado en darle a la historia un giro positivo y rehabilitar el legado de algunos de sus miembros. Nominalmente, la Unión Democrática Croata se declara partido de centro derecha y también es miembro del Partido Popular Europeo.
Sin embargo, el partido homenajea a los traidores que fueron ejecutados por la guerrilla antifascista en Bleiburg, Austria, en mayo de 1945. La resistencia los capturó cuando trataban de huir de Yugoslavia tras la capitulación de la Alemania nazi. Durante años, los miembros de la Unión Democrática Croata han estado organizando “pereginajes” a Bleiburg, imitando la iconografía de la pasión de Jesucristo.
El 12 de mayo el Parlamento croata organizó conmemoraciones oficiales presentando la ejecución de los traidores como un “símbolo del sufrimiento del pueblo croata”. Ni siquiera faltó una misa católica. La Unión Democrática Croata condena lo que califica como “crímenes de los malvados comunistas”, haciendo caso omiso de los crímenes que cometieron los traidores fascistas durante la Segunda Guerra Mundial en Yugoeslavia.
Los saludos nazis o fascistas ya se toleran en Croacia, como observa el informe del Departamento de Estado que hemos mencionado anteriormente. Sin embargo, en Austria es un delito. Este año en Bleiburg, la policía austriaca detuvo a seis miembros de la Unión Democrática Croata que hicieron el saludo u ostentaron otras formas de simbología fascista.
Uno de los detenidos fue Andelko Bosancic, dirigente de la Unión Democrática Croata en Dugo Polje, que viajó a Bleiburg con el dinero del ayuntamiento “como representante de su municipalidad”, según la prensa croata, que también lo catalogó como un “ushtacha”.
Los seis croatas detenidos en Bleiburg siguen encarcelados. A Bosancic le piden diez años de prisión por nazi. Es “consecuencia de las experiencias negativas que Austria tuvo en el tiempo de Hitler y con su legado”, explicó su abogado en una entrevista con el diario croata “Slobodna Dalmacija”(2).
(1) http://www.nacionalist.rs/
(2) http://www.slobodnadalmacija.hr/dalmacija/split-zupanija/clanak/id/547044/dugopoljski-hdz-ovac-priznao-sve-i-pokajao-se-njegov-odvjetnik-otkriva-sto-ga-ceka-u-austriji-39pred-saveznim-pravosuem-ovo-je-u-razini-ubojstva-ili-oruzane-pljacke39