Hace años que advertimos que Japón es una bomba de relojería de la economía mundial y el martes el primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, calificó la situación de su país como “peor que la de Grecia en sus peores momentos”, un país del que ya nadie se acuerda. Hay que agradecerle una sinceridad que se echa de menos en otros continentes, donde todo son parabienes.
No obstante, hay dos diferencias con Grecia: Japón tiene un enorme peso en la economía mundial y Bruselas no va a ir a rescatarles.
Japón entró en recesión en 2023, al final de la pandemia. La inflación es alta (3,6 por cien) y la deuda ha llegado al 260 por cien del PIB (mucho más que Grecia), pero los tiempos de bajos tipos de interés se han acabado. El rendimiento de los bonos del Estado a 30 años ha alcanzado oficialmente un máximo histórico del 3,15 por cien. El gigantesco endeudamiento cada vez le sale más caro al gobierno de Tokio.
Con casi 9 billones de dólares, Japón es el país más endeudado del mundo. Pero, además, posee 1,1 billones de dólares de deuda estadounidense, lo que lo convierte en el mayor acreedor extranjero de Estados Unidos. La tentación sería vender la deuda ajena para pagar la propia, es decir, pasar el problema a Estados Unidos.
Con el endeudamiento Japón intentó solucionar un problema, la deflación, creando otro, hasta llegar a una situación terminal. “La situación es especialmente delicada en los mercados mundiales, precisamente porque se están entrelazando dos crisis fiscales en dos de las economías más importantes del planeta: Japón y Estados Unidos”, dice El Economista (*).
La crisis puede provocar no sólo una crisis de deuda en suelo propio, dice El Economista, sino que Japón sea el epicentro de “un terremoto financiero como pocas veces se ha vivido”, porque ya no es solo Estados Unidos: los especuladores japoneses tienen 2,3 billones de bonos extranjeros en total y se van a desprender de ellos para tapar sus propios agujeros.
Los japoneses van a retirar gigantescos capitales de los mercados mundiales para trasladarlos a su país porque los tipos de interés ahora ya son atractivos. La retirada va a afectar a Wal Street y a las bolsas europeas. El hundimiento de 1929 se va a quedar pequeño.
(*) https://www.eleconomista.es/mercados-cotizaciones/noticias/13375964/05/25/japon-el-pais-de-la-deuda-ilimitada-se-tambalea-y-crece-el-temor-de-que-desate-un-shock-mundial-estamos-peor-que-grecia-en-2008.html
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