En los países europeos se habla mucho de reindustrialización, pero el número de empresas que cierran es mayor que las que abren. Es el caso de Francia, que ha implementado políticas de rendustrialización, aunque nadie habla de los motivos por los que se desindustrializó.
Este año, el segundo consecutivo, el número de cierres de fábricas supera al de aperturas. Entre enero y mediados de noviembre se abrieron 80 polígonos industriales y se ampliaron 57 fábricas. Durante el mismo periodo, 108 fábricas cerraron o están en riesgo de cierre (en liquidación o concurso de acreedores). Esto representa una pérdida neta de 28 fábricas.
Otra manera de decirlo es que hay más desinversión que inversión, una cifras negativas que son mayores teniendo en cuenta que una parte de esa inversión tiene su origen en el extranjero.
El pasado mes de octubre, el barómetro industrial del Ministerio de Economía señaló una “disminución significativa” en el balance entre aperturas y cierres de fábricas durante el primer semestre del año.
La Dirección General de Empresas (DGE), un departamento del Ministerio de Economía, registró 44 nuevas aperturas de plantas y 86 ampliaciones significativas durante el período, frente a 82 cierres de fábricas y 39 reducciones significativas. Esto arrojó un saldo neto positivo de +9, que, sin embargo, sería negativo si solo se consideraran las aperturas y los cierres.
El año pasado se produjo una ralentización en los propósitos de reindustrialización. En el primer semestre de este año, Francia continúa abriendo y ampliando más fábricas de las que cierra o reduce, pero la desaceleración persiste con un aumento neto de 9 aperturas y ampliaciones, una disminución significativa respecto al segundo semestre del año paado (+48).
Este indicador registró una disminución neta de 6 fábricas, cifra que se tornó positiva al incluir las transformaciones significativas de polígonos industriales existentes, alcanzando los +89 polígonos. No obstante, este último indicador representó la mitad del registrado en 2023.
“Francia trabaja para fortalecer las estrategias europeas comunes con el fin de preservar nuestros intereses industriales, nuestra independencia y nuestros empleos”, declaró el Ministerio de Economía, añadiendo que “el gobierno tiene la intención de continuar el esfuerzo nacional para promover la competitividad de nuestras empresas”.
Las promesas de reindustrialización, sin embargo, son más que dudosas. Solo el 32 por cien de los franceses cree que la recuperación va por buen camino, según una reciente encuesta. Los ingenieros son aún más pesimistas: solo el 16 por cien confía en la capacidad de Francia para reindustrializarse.
Reactivar la actividad industrial en Francia ha sido una prioridad durante los dos mandatos de Macron tras décadas de declive. La actividad industrial actualmente ronda el 10 por cien del producto interno bruto (PIB), frente al 17 por cien en 1995.
Este desplome también se observa en otras partes de Europa.