Los hechos a los que se refiere la denuncia se remontan a 2010. En aquel año, José Manuel Baltar aún no presidía la Diputación. Lo hacía su padre, José Luis Baltar, pero José Manuel ya sabía que el cargo llevaba su nombre; él iba a ser el heredero del «cacique bueno». Se haría con la Presidencia de la Diputación dos años después. Ya entonces, cuando aún no había accedido al cargo, Baltar se comprometió a dar un empleo fijo a la mujer.
La denunciante tuvo varios empleos eventuales en la Diputación (entre 2003 y 2009) y colaboró con el Partido Popular en la organización del Congreso de enero de 2010, en el que Baltar hijo vapuleó al candidato propuesto por Rajoy y Feijóo. Su relación con el cacique del PP se fue haciendo más cercana y no tardaron en llegar las primeras insinuaciones. Sin tapujos, Baltar empezó a subir el tono de sus mensajes.
Según el relato de la mujer, el cacique del Partido Popular la citó en la habitación 505 del Hotel Francisco II de Ourense. El contacto sexual tuvo lugar el 15 de marzo de 2010. Antes de esa noche el político preparó el terreno con una sucesión de mensajes en los que se insinuaba que su cita en la suite era el modo de celebrar que iban a trabajar juntos: «¿Te gusta el champagne? Celebramos que estaremos muy juntos. Chispas. Relax. Bs.»
La autora de la denuncia declaró que decidió acceder a la petición. «Me encontraba en una situación desesperada y pensé que si no iba a ese hotel nunca me darían el trabajo. No me siento orgullosa, pero pude quedar más veces y no quise».
En su denuncia ante la fiscalía la mujer señala que ha sufrido «una enfermedad muy grave de la que estoy en periodo de curación y me siento humillada por lo que considero fue un abuso de mi situación de necesidad para aprovecharse sexualmente de mí, con promesas de darme un puesto de trabajo en la Diputación o incluso en otro lugar».
Siempre a través de SMS el presidente de la Diputación de Ourense dio indicaciones a la denunciante para cerrar el encuentro en la suite 505. Ante las dudas de su invitada y el temor a ser vista o ser preguntada sobre su destino, Baltar escribe: «Nadie te lo preguntará… Si lo hacen dices el número de la habitación y punto… Con decisión al ascensor. No problem!».
La 505 es una de las tres suites con las que cuenta el Hotel Francisco II. Cuesta 120 euros la noche, desayuno y botella de champán incluidos.
Tras el encuentro sexual, José Manuel Baltar incumplió su compromiso y nunca llegó a contratar a la mujer. Es entonces cuando la denunciante empezó un periplo de años exigiendo el cumplimiento del pacto. A partir de ese momento grabó cada una de las conversaciones en las que le exigía el cumplimiento del trato: un puesto de trabajo en la Diputación que siempre parecía estar al alcance de la mano pero que nunca llegó a concretarse.
La primera conversación se produce cuando Baltar espera todavía a que su padre le ceda el testigo al frente del organismo provincial. El político gallego se excusa en el control que tiene su padre de las contrataciones de la Diputación y promete que cuando acceda al cargo se encargará de cumplir su promesa.
En junio de 2012 el cacique hijo vuelve a hablar con la denunciante a la que recibe en su despacho. Han pasado cuatro meses desde su llegada al poder provincial y dos años desde la cita en la suite del Hotel Francisco II. El barón ourensano se jacta de estar más ocupado que Obama y se queja de los despidos que va a tener que impulsar por el ERE que afecta a la institución: «Tengo que echar a 130 tíos a la calle. A mí me van a joder porque todos son hijos de no sé cuantos, cuñados de no sé quien, hermanos de no sé que…» Aún así, mantiene su promesa y reconoce su poder para cambiar las notas de los exámenes de acceso a las plazas de funcionario.
La última de las conversaciones se produce ya en un tono encendido. Baltar se muestra molesto cuando la mujer denunciante le vuelve a recriminar sus incumplimientos en plena calle. Ella le echa en cara haber estado «prometiendo esto y aquello, cuando mandabas mensajes para acostarte conmigo». Baltar responde con rotundidad: «Eres tú la que está pidiendo. Si tú quieres algo, no la cagues. No hagas el ridículo y el gilipollas».
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Muy democrático todo.
A lo que el "señor" Baltar respondió: Chupa y calla.
Ah, ¡viva Gpaña!