La retirada de las tropas en tres pequeños sectores de la primera línea es un requisito previo para que Rusia celebre en París la llamada cumbre del Formato de Normandía para relanzar el proceso de paz.
La operación se ha pospuesto varias veces debido al intercambio de diparos en la zona y finalmente comenzó ayer cerca de Zoloté, una ciudad de la región ucraniana oriental de Lugansk, sin ningún anuncio previo y sin la presencia de los medios de comunicación.
“El proceso de retirada ha comenzado en ambos lados”, dijo el ejército ucraniano en un comunicado, una información confirmada por los milicianos de Lugansk y por la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), que tiene una misión de observación sobre el terreno.
“Creo que estamos muy cerca de una cumbre del Formato de Normandía”, dijo el Presidente ucraniano Volodymyr Zelensky a la agencia Interfax de Ucrania.
Moscú acogió con satisfacción el anuncio de que la misma operación debería lanzarse inmediatamente en Petrivské, el último de los tres sectores afectados. “Después, sin perder velocidad [es necesario] iniciar los preparativos para la cumbre de Normandía”, dijo Vladislav Surkov, asesor de Putin, a la agencia Tass.
La retirada, que debe durar tres días, ha dado lugar a un retroceso simultáneo de un kilómetro de sus posiciones actuales por parte de las fuerzas beligerantes, en virtud del acuerdo de paz firmado en 2016, que no se aplicó en aquel momento.
El plan impulsado por el Presidente Zelensky, que ha dado muestras de pretender restablecer la paz en su país desde las elecciones de abril, ha provocado fuertes protestas entre los nazis de Kiev.
Una organización nazi llegó a desplegar a sus militantes en Zoloté para impedir la retirada de las tropas ucranianas.
La semana pasada Zelensky visitó el sitio varias veces. Se reunió con los militares y los nazis que se oponen a la retirada de las tropas ucranianas.
“Algunas de las entrevistas estuvieron emocionalmente cargadas, pero estoy listo para continuar discutiendo y buscando un acuerdo”, dijo Zelensky en una declaración el sábado después del viaje. “Debemos buscar la forma de poner fin a la guerra. Pero no a cualquier precio […] No habrá rendición”, añadió.
A la llamada de los nazis, unos 300 de ellos protestaron ante el edificio presidencial contra la retirada de las tropas, gritando ”¡No a la rendición!”.
Ucrania está en guerra desde que hace más de cinco años se produjera el Golpe de Estado de Kiev, lo que ha costado la vida a casi 13.000 personas. A pesar de que la intensidad de la violencia ha disminuido considerablemente desde los acuerdos de paz de 2015, el gobierno de Kiev ha boicoteado la solución política.
Las cumbres del Formato Normandía entre los presidentes ucraniano, ruso, francés y alemán están paralizadas desde 2016. Ayer el gobierno de Kiev se mostró esperanzado de celebrar otra cumbre en noviembre.