El ministro no estaba atento |
Aunque el Califato Islámico reivindicó el reciente atentado de Londres, Scotland Yard afirma que el autor no tenía ningún vínculo con dicha organización, por lo que los yihadistas reivindican atentados que no han cometido, y entonces cabe preguntar quiénes los han cometido.
Lo mismo se puede decir del atentado de Berlín cometido en las Navidades pasadas. Ayer el ministro alemán de Interior, Thomas de Maizière, reconoció que Anis Amri, el tunecino que cometió el atentado, podría haber sido detenido antes por encontrarse en el país en situación irregular.
En una comparecencia en el parlamento del Land de Renania del Norte-Westfalia, De Maizière señaló que las autoridades regionales -las competentes en este ámbito- podían haber detenido a Amri y que la policía federal -que depende de su Ministerio- no cometió ningún fallo.
Cuando Túnez confirmó que Amri era ciudadano suyo y mientras se terminaba de tramitar su expulsión de Alemania tras el rechazo de su solicitud de asilo, la policía podía haber solicitado su prisión preventiva, “pero ni siquiera se intentó”.
La policía federal actuó correctamente en el seguimiento del tunecino, aunque reconoció que es una “amarga verdad” que, retrospectivamente, su valoración de Amri -en la que se descartaba que pudiese perpetrar un atentado- resultó ser “objetivamente desacertada”.
El 19 de diciembre del año pasado Amri irrumpió con un camión de grandes dimensiones en un mercadillo navideño de Berlín, donde mató a doce personas e hirió a otras 50 antes de huir.
Cuatro días más tarde fue abatido en Milán, cuando un policía municipal le pidió la documentación y él trató de dispararle. La policía alemana le había vigilado durante meses -incluso con seguimientos individualizados durante meses- y estaba en trámites para su expulsión.
Los Ministerios de Interior y Justicia están preparando un informe para dirimir responsabilidades en este caso, el primer gran atentado yihadista en suelo alemán.