En su “Informe de fiscalización de la financiación de las infraestructuras ferroviarias en el periodo 2011-2013”, el Tribunal de Cuentas cifra en 9.142 millones de euros la deuda a devolver a partir de 2017, cantidad que se incrementará en los siguientes ejercicios al concluir los periodos de carencia de los préstamos del Banco Europeo de Inversiones.
Esta abultada deuda, junto con unos cánones por uso de las infraestructuras que apenas cubren la mitad de los costes, hacen temer al Tribunal por la sostenibilidad de las cuentas de Adif, ya que los ingresos previstos son “insuficientes” para cubrir el mantenimiento, lo que no se solucionará con la futura liberalización, ya que en principio no se tiene en cuenta incluir en la balanza los gastos financieros y de amortización.
Por eso, el Tribunal de Cuentas recomienda al Ministerio de Fomento y a Adif revisar la política de cánones ferroviarios, introducir el “principio de racionalidad” en la ejecución de gastos, limitar las inversiones “altamente deficitarias” y ajustar “mejor” los proyectos a realizar a las perspectivas de financiación, “priorizando la evaluación socioeconómica” de cada iniciativa, dado que aún quedan 28.396 millones de euros para completar la red de alta velocidad.
Evidentemente antes de hacerlo sabían que sería un sacacuartos útil solo para ellos, entre otras cosas para destruir la red ferroviaria existente.
No seamos tan ingenuos de pensar que el AVE se pone para resolver algo al pueblo o que no se esperaban que fuera ruinoso, tan imbéciles no son los altos funcionarios de los ministerios, nada pasa al azar, todo está calculado con años de anticipación.
La solución: Se les da en pago el AVE a los prestamistas usurarios que no entiendo por qué son privados y además se les sigue amortizando la deuda con fondos del erario español, que cuando los banqueros vuelvan a abrir el grifo del dinero y préstamos baratos que cerraron para generar esta crisis, habrá más gente que lo pueda utilizar la nueva moderna tecnología ferroviaria y será tan rentable como quieran los amos de lo todo nuestro a medida que lo generamos (a los españolitos ni siquiera será necesario regalarles tubos de vaselina, como cuando recientemente se "reflotó" la banca a su costa) y todos felices.