Los manifestantes golpean a la policía en Kiev |
La prensa mundial imputó los disparos a la policía ucraniana para demostrar la naturaleza represiva del gobierno. En realidad, como ya sospechábamos, se trató de un montaje dentro de otro montaje, que fue el propio Golpe de Estado para destituir a Viktor Yanukovich.
Es lo que prueba el documental al poner en la pantalla a tres georgianos que fueron contratados por Mamuka Mamulachvili, consejero militar del antiguo Primer Ministro, el mafioso Saakachvili.
Junto con otros, tanto georgianos como lituanos, los provocadores fueron contratados para sembrar el caos en la Plaza Maidan y presionar a Yanukovich para que su gobierno firmara un tratado de asociación con la Unión Europea o, en caso contrario, dimitiera.
Las armas que se utilizaron en la masacre se introdujeron muy poco antes, el 18 de febrero y Mamulachvili y otros miembros de la oposición los distribuyeron entre varios grupos de tiradores lituanos y georgianos. Se trataba de pistolas Makarov, metralletas AKM y carabinas E.
La orden de disparar la dio Mamulachvili, quien dijo a los pistoleros que no necesitaban apuntar. Lo importante no era saber quién debía morir sino impedir la celebración anticipada de elecciones.
Rodeado por dos de sus compañeros de la misma nacionalidad, el pistolero georgiano Alexander Revazichvili afirma ante las cámaras: “En un primer momento no lo entendí; fue después. Fuimos utilizados y engañados”.
A este tipo de actuaciones criminales, Estados Unidos y la Unión Europea le llaman “democracia”. Consiste en disparar indiscriminadamente a las personas para impedir que se celebren elecciones.