El epidemiólogo Michael G.Marmot |
Las diferencias de clase se reflejan en diferencias de longevidad. En Gran Bretaña la crisis del capitalismo ha conducido a que la esperanza de vida se estanque y, por primera vez, disminuya en algunas zonas de Gales y Escocia. Una niña nacida entre 2015 y 2017 puede esperar vivir 82,9 años, mientras que un niño debería vivir 79,2 años. Estas cifras son inferiores a las de varios países europeos con niveles de desarrollo comparables, como Suiza, Francia, Italia y España.
En Gran Bretaña el número de trabajadores pobres aumenta y hay un millón de personas que utilizan los bancos de alimentos. Los suicidios, las enfermedades hepáticas y cardíacas y el cáncer están aumentando. Algunos médicos con un poco de criterio hablan del síndrome de “una vida de mierda” (shit life, en inglés) para referirse al abandono de los ancianos, los antidepresivos, la comida basura, el alcohol o el desaliento.
En el barrio más caro de Londres, Chelsea, los ricos viven en
promedio 16 años más que los pobres. “Trato de comprar los productos
adecuados”, dice Esther, de 75 años, “pero todo es demasiado caro”,
añade.
Otro jubilado, Pedro, dice que “todo se rompe. Nos están
matando. Ni siquiera podemos abrir la ventana por la contaminación.
Tengo dos amigos que han muerto. Es lo que sucede cuando se vive en este
tipo de ambiente”.
Está a surgiendo una preocupación sobre los estragos del capitalismo en la salud de millones de personas, incluso en los países más “avanzados”.
Es muy recomendable que los médicos echen un vistazo a las obras de Marmot, en especial a su obra “The Health Gap: The Challenge of an Unequal World” (Las diferencias de salud: El desafío de un mundo desigual), publicada en 2015.