Así lo ha constatado la zambiana al término de su visita de 12 días que comenzó exactamente la jornada en que Amber Rudd, ex titular del Home Office, tuvo que abandonar uno de los despachos más calientes del Ejecutivo británico tras destaparse el escándalo del Windrush, último de los muchos casos en los que una mala gestión del ministerio ha conducido a deportaciones indebidas de personas extranjeras que residen legalmente en el país.
“El clima hostil se aplica no sólo a los inmigrantes irregulares, sino también a las minorías raciales y étnicas que están en situación regular, así como a muchos británicos que tienen reconocida su ciudadanía desde la época colonial”, ha criticado Achiume, que no ha dudado en pedir la repulsa de las políticas que se engloban dentro del “núcleo podrido” de este clima.
“El ambiente antes, durante y después del referéndum ha provocado que todos ellos sean más vulnerables a la discriminación racial y a la intolerancia”. Además, la profesora de Derecho de la Universidad de California, también ha advertido del peligro de que la retórica antimigratoria presente en la campaña del Brexit esté “normalizando el odio y estigmatizando el discurso”, incluso entre los políticos de alto rango.
Uno de ellos, el incendiario diputado reaccionario Jacob Rees-Mogg, no ha tardado en responder a las acusaciones: “Naciones Unidas debería tener mejores cosas que hacer que publicar informes tendenciosos sobre Reino Unido”.
La africana, que es la primera mujer en la historia de la organización que ocupa el cargo, no ha querido detenerse en las consecuencias de la decisión del pueblo británico de abandonar la UE, que era el objetivo del informe, sino que también ha criticado la desproporcionada criminalización de los negros y el “sostenido y perverso” vilipendio de los musulmanes a través de Prevent, la estrategia antiterrorista del Gobierno.
También ha querido señalar, como ejemplo de la creciente intolerancia, el incremento de los delitos de odio desde que el país comenzó a plantearse una salida que se materializará, al menos sobre el papel, el próximo 29 de marzo de 2019.
“La cruda realidad es que la raza, la etnia, la religión, el género, las discapacidades y todas las demás categorías sociales continúan condicionando las posibilidades vitales y el bienestar de la gente que vive en Reino Unido de formas inaceptables y, en muchos casos, ilegales”, ha asegurado Achiume.
En el Gobierno británico no han sentado nada bien estas declaraciones, especialmente en lo que concierne a la estrategia Prevent.
Más allá de que coinciden con la inspectora de la ONU en que “como sociedad tienen que intentar acabar con las disparidades relacionadas con la raza”, una fuente gubernamental ha asegurado que en Downing Street están muy decepcionados “con una serie de afirmaciones que no están basadas en la forma de actuar de Prevent sobre el terreno”.
https://www.aporrea.org/internacionales/n325006.html