En la radio israelí, Shega, una israelí de origen etíope cuyo matrimonio ha sido recientemente rechazado por el funcionariado del rabinato, explicaba que tras haber mostrado los documentos que probaban su conversión, el oficial del rabinato le pidió aportar el testimonio de un rabino que probara que era judía ortodoxa prácticamente. Según Shega, al menos hay 30 parejas de israelíes de origen etíope que han sufrido recientemente las mismas dificultades.
La cuestión de los judíos etíopes es compleja. Cuando llegaron a Israel, los judíos etíopes de la comunidad Beta Israel fueron reconocidos como judíos plenamente, pero los pertenecientes a la comunidad Falash Mura que, previamente judíos, se convirtieron al cristianismo en el siglo XIX, deben practicar una conversión ortodoxa tras haber inmigrado a Israel, lugar en donde el único medio legal para los ciudadanos judíos de casarse es pasando por el rabinato.
Según el rabino Chuck Davidson, esta discriminación respecto a los judíos de origen etíope no es rara. Son muchos los rabinatos locales que se niegan a reconocer sus conversiones. Y ello pese a una sentencia de 2013 dictada por el Alto Tribunal de Justicia, que prohíbe a los rabinos municipales exigir más pruebas del judaísmo de un converso.