El presidente polaco rechaza el bloqueo del Mar Báltico a los buques rusos

El presidente polaco, Karol Nawrocki, rechazó la petición de Zelenski, dirigida a los países occidentales, de cerrar el Mar Báltico a los buques rusos, alegando la preocupación de que pudieran ser utilizados para el lanzamiento de drones.

En las últimas semanas, los dirigentes de varios países europeos han desatado a paranoia por las violaciones del espacio aéreo con drones, desde Estonia hasta Francia, pasando por Alemania.

La última versión de la campaña la dio Zelensky el domingo: los rusos envían drones desde los petroleros contra los países de la Unión Europea. Es “una prueba más de la necesidad de cerrar el Mar Báltico y otros mares a los petroleros rusos, al menos a la flota fantasma”.

Al día siguiente, en declaraciones a Radio ZET, Nawrocki rechazó la propuesta. Si bien reconoció que la actividad rusa en la región era “ciertamente preocupante”, aseguró que “estamos esperando un análisis de nuestras fuerzas armadas. Tales decisiones no se toman con base en las declaraciones del presidente Zelensky”.

Bruselas y los gobiernos occidentales han buscado abordar lo que denominan la “flota fantasma” rusa, que no son otra cosa que buques que navegan de un puerto a otro en cualquier mar, una actividad plenamente conforme al derecho internacional.

Como se ve, las potencias imperialistas pretenden estrangular las vías de comunicación de Rusia por varias regiones, que van desde el Mar Báltico al Mar Negro. Por su parte, Moscú ha advertido que cualquier intento de restringir la libertad de navegación en los mares se enfrentará a represalias militares.

Cada vez hay más fantasmas en la flota mundial

Desde el inicio de la Guerra de Ucrania, Occidente ha tratado de imponer un bloqueo naval contra Rusia. En la lista negra de sanciones hay ya más de 200 petroleros, calificados como “flota fantasma”, que representan el 19 por cien de la flota petrolera mundial y su número crece a medid que pasa el tiempo.

Es otro fracaso rotundo para Occidente. Rusia continúa exportando su petróleo y otros países están adoptando activamente la táctica de utilizar los buques de la “flota fantasma”.

Un número creciente de buques están reabanderando, navegando bajo banderas falsas o incluso sin bandera alguna.

Entre ellos se encuentran 200 buques “flexibles” que prestan servicio a varios países sancionados. No son prorrusos ni prochinos, ni tienen vínculos ideológicos con ningún país, sino que simplemente buscan lucrarse con el bloqueo de Rusia.

Según datos de la revista naviera Lloyd’s List, los buques incluidos en la lista de sanciones se reabanderan en promedio en tan solo 45 días, en comparación con los 120 días de 2023.

Las flotas fantasma han crecido significativamente desde el inicio de la Guerra de Ucrania, pero es probable que persistan porque han puesto de manifiesto la debilidad naval de las potencias occidentales, incapaces de imponer el bloqueo de las aguas y los estrechos marítimos.

Los petroleros no controlados por Occidente juegan un doble juego. Lo mismo se presentan un día su rostro más amable, como cambian rápidamente el pabellón para transportar petróleo ruso. Son empresas. Lo importante no es la lealtad políttica sino el dinero.

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