El prefecto de policía de París, Didier Lallement, ha enviado felicitaciones de año nuevo con una cita de Trotsky: “Estoy profundamente convencido, y los cuervos graznarán en vano, de que con nuestros esfuerzos comunes crearemos el orden necesario. Sólo sepa y recuerde que sin él, la quiebra y el naufragio son inevitables”.
Ese fue su mensaje oficial para saludar el nuevo año, un toque personal para volver a la Rusia de hace un siglo: el primer volumen de los Escritos Militares del máximo dirigente del Ejército Rojo en aquel momento.
“¿Es un admirador de Trotski”, pregunta el diario Le Figaro (*).
El jefe de la policía no sólo está enfrascado en numerosas guerras contra los vecinos, que protestan contra la ley mordaza y contra el toque de queda. Su guerra es total. Está peleado con los políticos, los periodistas, los funcionarios y con casi todo el mundo.
El matón de las calles ya ha sido objeto de titulares por sus métodos brutales y su larga lengua, en particular contra los chalecos amarillos y los periodistas. Subió al banquillo de los acusados y no quiere bajar de él.
A Lallement, que ya ejerció de mamporrero en Burdeos, lo trasladaron a París en marzo del año pasado, el ojo del huracán de todas las protestas francesas, que ha intentado yugular a sangre y fuego. Las pancartas le señalan como responsable del terror policial que asola a la capital francesa y exigen su dimisión.
(*) https://www.lefigaro.fr/actualite-france/le-prefet-de-police-de-paris-didier-lallement-cite-leon-trotsky-dans-ses-voeux-2021-20201230