El Pentágono dispone de un vasto arsenal de armas y municiones escondido en Israel y ahora lo ha vaciado para enviar los proyectiles que necesita la artillería ucraniana.
El arsenal se formó para ayudar a los soldados estadounidenses que participaban en las diversas guerras de Oriente Próximo. Israel tiene licencia para sacar armas para sus propias necesidades de emergencia.
Dado que la guerra ucraniana es de desgaste y cada bando dispara miles de proyectiles cada día, Ucrania se quedó sin municiones. Además, como la artillería preside la guerra, la potencia de fuego terrestre es fundamental para ambos beligerantes.
Quedarse sin municiones significa perder la guerra. Con las existencias agotadas en Estados Unidos y los fabricantes incapaces de seguir el ritmo de las operaciones ucranianas, el Pentágono ha decidido echar mano de sus reservas de proyectiles: una en Corea del Sur y otra en Israel.
El envío de cientos de miles de proyectiles de los arsenales coreano e israelí a Ucrania no está exento de consecuencias diplomáticas para estos dos aliados de Estados Unidos. Corea e Israel se han comprometido públicamente a no proporcionar ayuda militar a Ucrania.
Israel se ha negado a ayudar a Ucrania para no dañar sus relaciones con Moscú y ahora teme que parezca que se enfrenta militarmente a Rusia si el Pentágono utiliza sus municiones israelíes. Alrededor de la mitad de los 300.000 proyectiles destinados a Ucrania ya han sido enviados a Europa y se entregarán finalmente a través de Polonia.