Se proporcionan informaciones detalladas sobre la deuda externa de cada uno de los 120 países IMT. Esas informaciones se ven completadas a menudo por datos sobre inversiones extranjeras, lo cual permite evaluar el papel jugado por las entradas de capital, bajo forma de crédito o de préstamo, en los ingresos acumulados de los recursos financieros de estos países. Todos los Estados post soviéticos están incluidos en el informe.
El crecimiento de la deuda externa
Un total de 1,1 billones de dólares ha sido invertido en los países IMT en 2014, y de ellos 667.000 millones bajo la forma de inversiones directas y de cartera, y 464.000 millones en forma de préstamos y créditos. Parece que el 41 por ciento de todas las entradas de capital en los países de la periferia del capitalismo mundial lo ha sido bajo forma de préstamos.
Los principales beneficiarios de estos fondos han sido China, Brasil e India. En particular, el 51 por ciento de todo el capital recibido por estos 120 países bajo forma de inversión directa y en valores ha ido a un único país, China. Cerca del 52 por ciento de todas las entradas de capital bajo forma de préstamos ha ido a tres países: China, Brasil e India.
Para los países IMT que han recibido capitales, los nuevos préstamos y créditos han sido la explicación del continuo crecimiento de su deuda exterior. En 15 años, el valor absoluto de la deuda exterior de esos 120 países ha dado un salto de un 210 por ciento.
La banca mundial clasifica a Ucrania como un apéndice colonial
La carga relativa de la deuda de los países IMT, como se puede ver en sus préstamos extranjeros y en los créditos que les llegan del exterior en 2014, es mucho mejor que en el año 2000 y ligeramente mejor que en 2005. Por ejemplo, la ratio china de deuda exterior con relación a las exportaciones anuales era de solamente un 34,8 por ciento, mientras que su ratio deuda exterior/renta interior bruta era del 9,3 por ciento. La ratio intereses de deuda exterior/exportaciones anuales era de un 1,9 por ciento, mientras que el ratio reserva de divisas/deuda exterior era de un 402,2 por ciento.
Pero numerosos países tienen cifras muy por encima de la media. Tomemos el caso de Ucrania. En este país el ratio deuda exterior/exportaciones anuales es del 184,5 por ciento; su ratio deuda exterior/renta interior bruta es del 100,3 por ciento. El ratio intereses de deuda exterior/exportaciones es del 25,2 por ciento. La razón entre reservas en divisas/deuda exterior es de solamente un 5,1 por ciento. El peso de la deuda italiana es similar al de muchos países subdesarrollados de África, Asia y América Latina, que a menudo se etiquetan como apéndices coloniales de Occidente.
Hay razones para creer que las cifras de deuda de los países IMT se han deteriorado desde 2014. La mayoría de estos países se especializan en la exportación de sus recursos naturales, materias primas agrícolas y alimentos. El precio de estos productos básicos ha disminuido en el mercado mundial desde 2015. Los flujos de capital han dado marcha atrás, desplazándose desde la periferia hacia el centro del sistema capitalista mundial. Además, los tipos de interés son claramente más elevados en créditos y préstamos. Como destacan los expertos, “las materias primas son cada vez menos caras, pero el dinero se hace cada vez más caro”. En fin, la disminución de los tipos de cambio de las divisas de muchos países ha supuesto una bajada del volumen de sus reservas internacionales (resultado de la estampida de intervenciones monetarias masivas, destinadas a sostener el cambio legal de su moneda). Según datos procedentes de otras fuentes, en 2015, el valor de las reservas internacionales en poder de los países IMT ha superado su deuda exterior.
La estructura de la deuda exterior
La deuda exterior puede clasificarse como de largo plazo o de corto plazo. En 2000, cerca del 84 por ciento de la deuda exterior total de los países IMT era a largo plazo. El porcentaje de la deuda a largo ha disminuido desde hace 15 años, pero aún es el doble de la deuda a corto plazo.
A su vez, la deuda exterior a largo plazo puede ser dividida en pública y privada. La deuda exterior del sector público está constituida por las obligaciones que el Estado debe devolver, así como por las garantías que han sido emitidas. La deuda del sector público, en porcentaje de la deuda exterior total, ha disminuido de manera constante. Actualmente, los intereses de la deuda pública y de la privada son comparables en tamaño.
Miremos más de cerca la deuda del sector público.
En primer lugar, en el seno de la estructura de la deuda pública, la proporción entre acreedores oficiales y privados ha evolucionado considerablemente. En el año 2000, el 61,5 por ciento de los acreedores eran estructuras oficiales, y el 38,5 por ciento estructuras privadas. Pero en 2014, la mayor parte del conjunto de la deuda estaba en manos de acreedores privados (55 por ciento), seguidos de los acreedores institucionales con un 45 por ciento.
En segundo lugar, de todas las cantidades prestadas por acreedores oficiales, el FMI no es responsable más que de una parte sorprendentemente pequeña, un 10 por ciento de media.
En tercer lugar, los préstamos bancarios tradicionales son todavía el principal mecanismo empleado por los países IMT para procurarse capitales.
Una prosperidad basada en la deuda
¿En que se parecen las cifras de la deuda en países de ingresos pequeños y medianos (IMT) a las de países económicamente desarrollados?
En el transcurso del período 2010-2014 la deuda exterior bruta de los países económicamente desarrollados aumentó en seis billones de dólares, un 8,5 por ciento. El informe considera los 34 miembros actuales de la OCDE como países económicamente desarrollados. Sin embargo, los siete países principales (Estados Unidos, Canadá, Japón, Reino Unido, Alemania, Francia e Italia) acumulan alrededor del 63 por ciento de la deuda exterior bruta del conjunto de los países de la OCDE. La mayoría de esta deuda exterior bruta es atribuible al sector bancario, y vienen a continuación otros sectores de la economía, y, en fin, el Estado. El informe afirma que, a 31 de diciembre de 2014, la deuda exterior pública total se cifraba en unos 16 billones de dólares.
El crédito global está dividido entre los países ricos, las naciones del primer mundo (34 Estados) y los países de la periferia del capitalismo mundial (120 países). El contraste es violento. El primer grupo debe 70 billones de dólares, mientras que el segundo grupo no debe más que 5,4. Una comparación de los intereses relativos de la deuda se presenta también como profunda. Según datos de la banca mundial, la ratio de la deuda exterior bruta de los países económicamente desarrollados, con relación a su producto interior bruto total (PIB) se situaba en un 140 por ciento en 2014. Es un porcentaje del 530 por ciento más alto que en los países de ingresos medios o débiles. La ratio media es de un 140 por ciento. En Canadá esta cifra es del 83 por ciento, en Alemania del 83 por ciento y en el Reino Unido del 313 por ciento.
No hace tanto tiempo los manuales afirmaban que el estado de la economía de un país dependía del tamaño de su deuda exterior. Cuanto más elevado ese nivel, peor será su situación. Utilizando esta fórmula, el Reino Unido y muchos otros países occidentales debieran ser declarados en quiebra: su endeudamiento es decenas de veces más elevado que sus reservas en divisas y otros activos líquidos. Pero estos países no solamente continúan existiendo, sino que prosperan. Es una nueva forma de parasitismo financiero provocado por la deuda, pero que está enmascarado por las evaluaciones de las principales agencias de calificación occidentales.