Esta semana la revista estadounidense Newsweek ha publicado un informe “en exclusiva” que sobre la participación de la CIA en Ucrania (*), algo bien sabido desde el final de la Segunda Guerra Mundial y, especialmente, desde el Golpe de Estado fascista de 2014.
Lo novedoso es que Newsweek asegura algo más: que Washington está alimentando imprudentemente -y criminalmente- las hostilidades con Rusia. El gobierno de Biden y su aparato de inteligencia militar están arriesgando demasiado.
Newsweek destaca algo ya habitual en la Casa Blanca: el incumplimiento de la promesa pública de Biden de no poner las botas estadounidenses sobre el avispero y la presencia clandestina de tropas estadounidenses dirigiendo la guerra.
En consecuencia, Biden ha vuelto a engañar a los estadounidenses al fingir que las tropas estadounidenses no están en Ucrania. Ya ocurrió en la Guerra de Vietnam, donde la intervención militar simulaba una “guerra civil” entre Vietnam del norte y las marionetas del sur.
Una vez más, la ficción no se sostiene. La política de Biden de llevar 40.000 millones en armas a Ucrania conduce a Estados Unidos y la OTAN a una guerra total contra Rusia.
Naturalmente, Newsweek lava la al papel de la CIA en la guerra. El reportaje asegura que la CIA está tratando de “asegurarse de que la guerra no se salga de control”. Es el mismo papel atribuido a los yihadistas moderados en Siria. La CIA evita los desmanes del gobierno de Zelensky. Si Ucrania se pasa de rosca no es problema de la CIA sino de que los ucranianos no han seguido sus consejos.
Es el caso de los bombardeos contra civiles dentro del territorio ruso, la voladura del gasoducto Nord Stream o el ataque contra el puente de Kerch. Estos ataques no se podrían haber ejecutado sin la participación logística de la CIA y otras instituciones de la OTAN, principalmente el MI6 británico.
La política de Biden y sus socios de la OTAN ha consistido en avivar la guerra, con envíos graduales de armamento cada vez más letal, desde misiles de largo alcance hasta tanques de combate y la prometida entrega de aviones de combate F-16. Esta semana, según informes, Biden ha dado luz verde al suministro de municiones en racimo prohibidas que, sin duda, el gobierno de Zelensky usará contra civiles en la región del Donbas, siguiendo las instrucciones de los asesores de la CIA.
Un trasfondo histórico crucial para comprender el conflicto en Ucrania es la participación de la CIA en la orquestación del Golpe de Estado en Kiev en 2014. El golpe derrocó a un presidente elegido democráticamente, Viktor Yanukovich, y dio paso a una junta neonazi que persiste hasta hoy, encabezada por Zelensky.
El gobierno de Kiev son títeres y quienes mueven los hilos son la CIA y el MI6. Su función es triple. La primera es la de socavar a Rusia, con el cambio de régimen en Moscú como objetivo final. La segunda es facilitar el plan de Washington de subyugar a Europa como una colonia vasalla de Estados Unidos. El tercero es impulsar un colosal negocio de venta de armas, que están probando para guerras futuras contra adversarios del calibre de China.
La CIA y sus pares británicos dirigen el pozo negro neonazi en el que se ha convertido Ucrania. Incluso mientras trata de encubrir el papel criminal de la CIA en Ucrania, el artículo de Newsweek admite que la central de espionaje tiene múltiples bases ubicadas en el país y que sus agentes supervisan las “redes masivas” de tráfico de armas.
La Guerra de Ucrania podría detenerse de inmediato, como ha señalado nuevamente esta semana el asesor de seguridad nacional ruso Dmitry Medvedev, si Estados Unidos simplemente deja de suministrar armas a Ucrania. Sin embargo, Biden ha rechazado de plano todos los esfuerzos diplomáticos para negociar un acuerdo de seguridad.
La CIA nació de la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS) al final de la Segunda Guerra Mundial. Una de sus primeras tareas de posguerra fue reclutar fascistas y asesinos en masa ucranianos que habían colaborado con el III Reich. Ahora aquellos fascistas ucranianos, como Stepan Bandera y Mykola Lebed, están considerados héroes nacionales por el régimen de Kiev.
Washington reclutó y desplegó deliberadamente a esos terroristas para atacar a la Unión Soviética con el fin de promover las ambiciones hegemónicas del imperialismo estadounidense en Europa oriental.
No ha cambiado mucho. Ucrania es la zona cero de los orígenes fascistas de la CIA y el fascismo, cabe añadir, es la guerra, como se ha vuelto a demostrar una vez más.
(*) https://www.newsweek.com/2023/07/21/exclusive-cias-blind-spot-about-ukraine-war-1810355.html