A lo largo de este año habrá algunas votaciones en otros estados, lo que ofrece esperanzas de incrementar el negocio, pero también un republicano en la Casa Blanca podría resultar perjudicial para el negocio. Donald Trump estaba a favor de legalizar las drogas en los noventa, pero en junio del año pasado se opuso a la ley permisiva de Colorado y meses después apoyó la legalización pero sólo para uso médico. El otro aspirante republicano, Ted Cruz parece estar a favor de que los estados legislen (es una fuente de ingresos notable), pero no ha dado muestras de querer cambiar la ley federal para ponerla en línea con lo ocurrido en buena parte del territorio. Por el lado de los demócratas no habría problemas para continuar con el floreciente negocio.
La opinión pública mantiene una posición hipócrita. Así, en la última consulta celebrada en Ohio a finales de noviembre del año pasado, un 64% de los ciudadanos votaron en contra de autorizar el consumo de cannabis para recreo y uso médico, pero lo hicieron no por estar en contra de esta droga sino porque en el mismo paquete sometido a consulta se autorizaba la plantación en 10 lugares predeterminados, tierras pertenecientes a inversores que habían financiado la campaña. Lo que no querían en Ohio era un monopolio, y se espera que este año se lance una nueva consulta que alcance sólo al consumo y tenencia.
Las reservas morales respecto a la marihuana han dejado el negocio en manos de personajes singulares, a los que se toleran ciertas excentricidades, como son la actriz negra, Whoopi Goldberg, que saca al mercado una línea de productos (Whoopi& Maya) para aliviar el dolor menstrual de las mujeres, para lo cual ha unido fuerzas con, Maya Elisabeth, fundadora de Om Edible, una organización gestionada solo por mujeres y que vende productos médicos basados en el cáñamo en California, donde está legalizado el consumo para uso médico.
Snoop Dogg, una leyenda del hip hop, y amante de la hierba es otro de los nombres que ha sacado su propia línea de productos variados, Leafs by Snoop, que abarca desde la flor hasta la chocolatina,y ha promocionado también el fondo Casa Verde Capital, que tiene inversiones en el negocio de la distribución en California. La leyenda del baloncesto, Oscar Robertson, también es un inversor que propaga las bondades del negocio, al igual que alguna celebridad del cine, como Seth Rogen, o el cantante pop Nick Lachey. También la familia de Bob Marley ha vendido el fondo de comercio del legendario apellido del fumador y cantante de reggae, para una línea de productos.
Hablando de un negocio que algunas consultoras cifran en más de 20.000 millones de dólares en 2020 (7.000 millones este año) ha surgido una empresa, más interesada, al menos de momento, en darle un aire tecnológico a esta creciente burbuja. Se trata de MassRoots, que ayer presentó un folleto ante el regulador bursátil estadounidense, SEC, para informar de su intención de salir a Bolsa y captar 6,5 millones de dólares. La compañía nació hace tres años en Denver (Colorado) y cuenta con una plataforma con 750.000 usuarios, que permite a l ingresar en un red social para que los consumidores compartan sus experiencias, accedan a consejos o contacten con proveedores. La red es gratuita y los ingresos procederán de la publicidad, muy personalizada ya que la red ofrece coordenadas muy precisas de los usuarios. Los creadores de MassRoots consideran que los consumidores de cannabis no se encuentra cómodos en redes sociales tradicionales, Facbook, Instagram o Twitter, para hablar de su vicio, y piensan que hay un hueco para su negocio. Además, Google, Facebook y las redes sociales tradicionales prohíben a los dispensarios de cannabis hacer publicidad sobre sus redes, forzándoles a anunciarse bajo otras fórmulas de patrocinio y demás, que son poco eficaces.
Con el dinero que capten en Bolsa, MassRoots desarrollará un interface para móviles, en la que confía que habrá muchas aplicaciones disponibles de utilidad y contenidos específicos para los consumidores. El canal de marketing que han creado sus fundadores, Isaac Dietrich y Tripp Keber, puede convertirse en un gran negocio una vez que la legalización vaya extendiéndose. Canadá, donde se puede consumir con prescripción médica, debate la legalización y a finales del año pasado, el primer ministro Justin Trudeau anunció que el uso recreativo sería legalizado. La empresa Cannavis ha lanzado recientemente una crema de avellanas y cacao, tipo nocilla, mezclada con cannabis, por menos de 20 dólares el bote, que contiene 300 miligramos de la droga. Uruguay también ha estrenado la legalización en América Latina.
En Suiza, donde la industria agroalimentaria y farmacéutica es muy potente, se prevé que este otoño comiencen experiencias piloto en Basilea y otras ciudades para vender el cáñamo para uso medicinal. En España no se quiere coger el toro por los cuernos y hay esbozos de legalización a través de los clubes de cannabis, pero con reveses judiciales, aunque algunas comunidades, como la vasca, van a legislar para darles seguridad jurídica. No quieren perder el negocio. El cáñamo crece en casi todos los lugares del mundo y con diferentes nombres ha sido consumido desde tiempos remotos. Islandia es el país con mayor consumo per cápita, según Naciones Unidas, y el ranking de MarketWatch de los países con más consumidores está encabezado por Estados Unidos y España (7,6%), seguidos de Italia, Francia y Holanda.