El Mossad financió los atentados del 11-S

El viernes por la noche se oyó un desliz en el plató de Canal Plus, durante el debate Grand Journal. El invitado especial era el periodista de Le Monde Serge Michel, uno de los cien que a lo largo del mundo han destapado lo que ya todo el mundo sabía desde hacía tiempo: el papel de la mafia bancaria HSBC en todo tipo de crímenes, lo que ahora llaman «escándalo Swissleaks» que quieren reducir a una red de evasión fiscal.
Al periodista de Le Monde se le escapó lo siguiente: entre los miembros de la red de evasión fiscal había un sujeto israelí traficante de armas, drogas y diamantes que fue quien financió al grupo de Al-Qaeda cuando se disponía a cometer los atentados del 11 de setiembre de 2001 en Nueva York.
Los otros asistentes se quedaron atónitos y silenciosos, hasta que después de varios carraspeos le lanzaron preguntas tales como «¿Cuánto dinero pagó a los miembros de Al-Qaeda?» A nadie se le ocurrió profundizar con preguntas del calibre «¿Quién era ese israelí?» que son las típicas de un periodista recién salido de la facultad.
Hay preguntas incómodas que conducen a respuestas aún más incómodas. ¿Un israelí financió los atentados contra las Torres Gemelas?, ¿Israel paga a los fundamentalistas islámicos?, ¿al terrorismo? Las preguntas hay que relacionarlas con el debate que la cadena quería haber puesto encima de la mesa: la sucursal suiza de HSBC, evasión fiscal, blanqueo de capitales, tráfico de armas, de drogas… ¿Qué papel juega Israel en todos esos asuntos?
Un sabueso se encaminaría a la hemeroteca de Le Monde para hurgar en la herida abierta. Encontraría una noticia publicada el 14 de febrero que da el nombre del israelí que financió a los terroristas de Al-Qaeda: Shimon Yelinek.
Yelinek en el Congo: de los diamantes a las armas
Dos días antes que el diario francés, el suizo L’Hebdo evocó también la figura de Yelinek, de quien dijeron que es un comisionista con oficina abierta en Panamá, donde fue encarcelado. La prensa centroamericana le conoce bastante bien desde hace más de una década.
Nacido en Israel en 1961, Yelinek vivió en África entre 1980 y 2001. Fue jefe de seguridad y consejero del régimen de Mobutu Sese Seko en la República Democrática del Congo, entonces llamada Zaire. En el país africano conoció al traficante libanés de diamantes Aziz Nassur ya que Mobutu exportaba diamantes al puerto belga de Amberes procedentes de Liberia y Sierra Leona, entre otros países. Todos ellos tenían algo más en común: eran clientes preferentes del banco HSBC.
Los diamantes financiaban la compra de armas para el Frente Unido Revolucionario de Sierra Leona. Dado el embargo de la ONU sobre Liberia y Sierra Leona, el papel de Nassur consistía en falsificar los certificados para simular que las armas acababan en Costa de Marfil.
Para introducir armas en África, Yelinek utilizaba los servicios de otro israelí llamado Ori Zoller, al que Le Monde presenta como un «antiguo miembro de las fuerzas especiales israelíes» que tiene una empresa de venta de armas en Guatemala.
Ambos, Yelinek y Zoller, han utilizado al menos una parte del dinero engendrado  por el tráfico de armas y diamantes para financiar a Al-Qaeda a través de Nassur, el libanés que Yelinek conoció en el Congo. El asunto lo destapó la ONG Global Witness.
En 2000 dos miembros de Al-Qaeda, Ahmed Ghailani y Fazul Abdullah Mohammed, viajaron a Kinshasa, la capital del Congo, para ponerse en contacto con Nassur. Hacía casi dos años que los terroristas habían cometido los atentados contra las embajadas de Estados Unidos en Kenia y Tanzania, en los que ambos habían participado. Para financiar futuros atentados y borrar el rastro del dinero, Ghailani y Mohammed querían sacar los fondos que Al-Qaeda tenía en los bancos y comprar diamantes.
En aquel momento Nassur preparaba una operación con su primo Samih Ossaily para comprar diamantes al Frente Unido Revolucionario de Sierra Leona, sostenido por Charles Taylor, el reconocido criminal de guerra que pretendía llevar a cabo en aquel país un golpe de Estado similar al que había llevado a cabo en Liberia. Había vendedor (Frente Unido Revolucionario), había comprador (Al-Qaeda) y había intermediario (Nassur). Había negocio.
Según una de las claúsulas del acuerdo, Nassur se comprometía a suministrar armas para Taylor y el Frente Unido Revolucionario, para lo cual se puso en contacto con Yelinek, que entonces vivía en el Hotel Mariot de Miami y utilizaba el nombre en clave de «Sierra». A su vez, Yelinek se puso en contacto con Zoller, que en aquel momento estaba embarcado en la Operación Otterloo.
Operación Otterloo
Según una minuciosa investigación llevada a cabo en 2003 por la Organización de Estados Americanos, Yelinek desempeñó un papel fundamental en la Operación Otterloo. A finales de 2001 un cargamento de 3.117 fusiles Kalachnikov y 5 millones de cartuchos desembarcaron del buque Otterloo en el puerto de Turbo, en Colombia. Habían sido compradas al ejército de Nicaragua para vendérselas a la policía de Panamá pero, con la complicidad del anterior gobierno nicaragüense, Yelinek se las apañó para que acabaran en poder de un grupo paramiliar colombiano de extrema derecha: Autodefensas Unidas de Colombia.
La investigación de la Organización de Estado Americanos confirma que Zoller fue miembro del espionaje israelí y que representaba en Guatemala a la empresa israelí «Military Industries» que es titularidad del propio Estado de Israel y a la que  van destinados importantes giros de divisas procedentes de Tel-Aviv.
En junio de 2002 el diario Miami Herald Tribune se hacía eco de una información publicada en el diario Panamá América que, a su vez, procedía de una fuente confidencial del Consejo de Seguridad Nacional del país centroamercano según la cual Zoller aún era agente del Mossad en la época de 1999 a 2001 en la que colaboraba estrechamente con Yelinek, una etapa en la que se producen los atentados contra las Torres Gemelas.
Este relato recuerda la detención de cinco israelíes por parte de la policía de Nueva Jersey el 11 de setiembre de 2001 por haber manifestado una extraña alegría tras ver al primer avión chocando contra una de las dos torres del World Trade Center.
Después de 71 días detenidos, los enviaron a Tel Aviv. Ciertos medios locales como The Record o la revista judía neoyorquina The Forward revelaron este hecho y esta última señaló que dos de ellos eran agentes encubiertos del Mossad.
La pregunta que cabe hacerse es por qué dos agentes del servicio de inteligencia israelí estaban cerca de la Torre Norte tomando fotos y expresando su alegría.
Según un informe del FBI, uno de los cinco israelíes detenidos mantuvo contactos telefónicos con “un individuo localizado en América del Sur que tiene vínculos con militantes islamistas de Oriente Medio”.
Esta detención no es más que la punta del iceberg. Unos 200 espías israelíes, camuflados como estudiantes de arte o vendedores de juguetes y sospechosos de espionaje, fueron detenidos sobre suelo norteamericano inmediatamente después del 11 de septiembre de 2001.
Aún más extraño es el hecho de que varios de ellos eran vecinos de los supuestos autores de los atentados.

Fuentes:
– http://www.lemonde.fr/afrique/article/2015/02/14/shimon-yelinek-criminel-polyvalent-mais-pour-hsbc-un-client-sans-histoire_4576775_3212.html
– http://www.almanar.com.lb/spanish/articletoword.php?nm=20150218142656&eid=85622&frid=23&seccatid=30&cid=23&fromval=1
– http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1338914
– http://www.laprensa.com.ni/2003/08/18/nacionales/865733-enjuiciarn-a-ori-zoller-por-el-caso-de-las-armas

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