El 25 de diciembre del año pasado, el Embraer 190AR que operaba el vuelo internacional de Bakú a Grozni, se estrelló cerca del aeropuerto de Aktau, en Kazajistán. Operado por las aerolíneas azerbayanas, el vuelo fue desviado repentinamente hacia el Mar Caspio. A bordo había 62 pasajeros y 5 tripulantes. El aparato no logró completar la maniobra y se estrelló, muriendo 38 personas, incluidos los pilotos y un asistente de vuelo, mientras que 29 personas sobrevivieron con diversas lesiones.
Aunque Grozni está muy lejos de los teatro de operaciones de la Guerra de Ucrania, el avión pudo ser alcanzado por un misil antiaéreo ruso, al aproximarse a la capital chechena, lo que obligó a la tripulación a intentar un aterrizaje de emergencia.
Azerbaiyán, Kazajistán y Rusia han abierto una investigación para determinar las causas del accidente. Las investigaciones preliminares revelaron que la aeronave había sufrido interferencias físicas y técnicas externas, con informes de explosiones escuchadas en vuelo. Rusia admitió que su sistema de defensa aérea estaba activo para repeler los ataques con drones ucranianos en la zona, pero no confirmó la responsabilidad directa.
Pero hay quien no necesita ninguna investigación para saber las causas de un accidente aéreo. Reino Unido apuntó con el dedo inmediatamente a Rusia e inició la correspondiente campaña intoxicadora. Lo mismo hizo el ministro de Asuntos Exteriores de Canadá, de acuerdo con Estados Unidos, que acusó a Rusia a través de las redes sociales. La CNN difundió la verdad oficial a través de una fuente anónima: el accidente pudo haber sido causado por las defensas antiaéreas rusas.
Querían eximir a Ucrania de toda responsabilidad, a pesar de que había lanzado ataques con drones de largo alcance sobre Grozni en el momento del incidente, lo que podría haber provocado que las defensas antiaéreas rusas dispararan por error contra el avión, o podría haber sido metralla de un dron destruido que lo impactó.
En una entrada anterior aseguramos que no hubo tal accidente, que se trató de un ataque deliberado para obligar a Rusia a cerrar el espacio aéreo del sur indefinidamente como medida de precaución debido al largo alcance de los drones ucranianos.
No obstante, en tal caso Azerbaiyán hubiera tenido que hacer lo mismo, así como otros países del Cáucaso, que se hubieran visto perjudicados por el cierre.
También hay quien destaca que la OTAN no ha hecho lo mismo en el oeste de Ucrania, a pesar de los ataques con drones rusos.
El triángulo comercial de Rusia con Azerbayán
En los últimos años, especialmente después del inicio de la Guerra de Ucrania, las relaciones entre los tres países (Azerbaiyán, Kazajistán y Rusia) han experimentado una convergencia significativa de intereses, especialmente en el sector energético.
Rusia tiene una posición estratégica importante para Azerbaiyán, no sólo por su proximidad geográfica sino también por su influencia política y militar en el Cáucaso. Tras el inicio de la Guerra de Ucrania, Azerbaiyán se ha convertido en un canal crucial para que Rusia desarrolle sus relaciones comerciales con Europa, especialmente a través de la triangulación del comercio.
Eso es particularmente evidente en el sector energético, donde Rusia ha reanudado el suministro de gas a la empresa pública azerbaiyana Socar para compensar las crecientes demandas de sus socios europeos, a pesar de las sanciones impuestas por occidente. La Unión Europea sigue de cerca esa colaboración para evitar que el gas ruso llegue a Europa a través de Azerbaiyán, lo que podría socavar la eficacia de las sanciones.
El comercio con Azerbaiyán es importante para Rusia. El volumen supera los 4.000 millones de dólares. Rusia exporta principalmente petróleo, gas y productos derivados, mientras que Azerbaiyán exporta a Rusia productos como locomotoras, automóviles y productos alimenticios. La cooperación se extiende también al sector técnico-militar.
Aunque mantiene buenas relaciones con Moscú, Azerbaiyán intenta equilibrar sus vínculos internacionales, desarrollando también relaciones con Occidente. Se ha convertido en uno de los principales socios comerciales de Europa. El gobierno de Bakú mantiene una política exterior equilibrada, tratando de no alejarse ni de Rusia ni de los países occidentales, como lo demuestra la visita del Presidente Ilham Aliyev a Bruselas y sus declaraciones de apoyo a la OTAN, en particular a través de sus relaciones con Turquía.
Desde la caída de la URSS, Estados Unidos ha brindado a Azerbaiyán asistencia militar y apoyo para modernizar su ejército, incluido sistemas de artillería y aviación de campaña. Un ejemplo significativo de esta cooperación fue el anuncio en 2009 de la empresa israelí Aeronautics Defense Systems de construir una fábrica en Bakú. Además, el gobierno de Bakú recibió 30 millones de dólares en ayuda militar de Estados Unidos en 2022.
En el frente diplomático, ha habido numerosos intercambios de visitas oficiales que han fortalecido los lazos con el presidente azerbaiyano Ilham Aliyev, acompañados de cooperación en materia energética, en la que Azerbaiyán desempeña un papel clave en el suministro de petróleo y gas natural a Europa.
La necesidad de mantener una cierta estabilidad económica ha empujado a Azerbayán y Rusia a fortalecer sus lazos comerciales. Rusia, presionada por las sanciones, encontró en Azerbaiyán un aliado útil para sortear algunas de estas restricciones, mientras que Azerbaiyán utilizó su posición para aumentar su relevancia política y su peso económico.
La importancia estratégica de Azerbaiyán para Rusia también queda patente en el proyecto del Corredor Norte-Sur, que pretende crear una salida alternativa al transporte internacional, sin bases militares estadounidenses, incrementando así la cooperación estratégica entre Gazprom y Socar.
En 2022 Rusia buscó fortalecer sus lazos con Azerbaiyán para contrarrestar la influencia occidental en la región, utilizando herramientas como la Unión Económica Euroasiática (UEEA) para acercar a Bakú a una integración más estrecha.
En 2020 la guerra en Nagorno-Karabaj complicó las relaciones con Rusia, en la que Rusia desplegó fuerzas de mantenimiento de la paz. Azerbaiyán expresó su descontento con la presencia rusa, considerándola un obstáculo para su integridad territorial. A pesar de ello, Rusia siguió siendo un actor clave en el mantenimiento de la estabilidad en la región, y Putin y Aliyev mantuvieron un contacto personal regular, como lo demostraron sus continuas reuniones.
Lorenzo Maria Pacini https://strategic-culture.su/news/2025/01/20/loscuro-caso-del-volo-8243-una-trappola-per-mosca/