El Kremlin es quien decide la suerte de las elecciones presidenciales de Estados Unidos

Lo que hace grande a una cucaracha como Trump es la insignificancia de sus adversarios. Por eso volverá a ganar las elecciones. El partido demócrata fracasó hace cuatro años, fracasó en su destitución por la vía judicial y volverá a fracasar otra vez porque se repiten más que la cebolla, lo mismo que sus mentores del espionaje y la prensa. Si, vuelven a resucitar la fantasmada de la “injerencia rusa”.

Nada menos que el New York Times acaba de repetir la leyenda (*), por lo que desde ahora preparan a sus fieles para el nuevo fracaso porque no les queda duda: los rusos prefieren a Trump y, por lo tanto, ganará Trump. Las elecciones presidenciales de Estados Unidos se deciden… en el Kremlin.

La desestabilización electoral comenzará con las primarias del partido demócrata. “Aunque los funcionarios de inteligencia habían dicho anteriormente a los legisladores que la campaña de injerencia de Rusia continuaba, la reunión informativa de la semana pasada incluyó lo que parecía ser nueva información: que Rusia tenía la intención de interferir en las primarias demócratas de 2020 y en las elecciones generales”, asegura el New York Times.

En el periodismo moderno los artículos los escriben esos funcionarios de inteligencia; los periodistas se limitan a pasar sus escritos “a limpio”. En todo el mundo, los “progres”, los posmodernos y los seudoizquierdistas, como Bernie Sanders, cada vez engendran más rechazo porque se les empieza a ver como lo que son: monigotes en manos de sus amos.

Esto significa varias cosas. La primera es que Washington sigue dividido, que el espionaje estadounidense sigue enfrentado a Trump y que lo apuesta todo al partido demócrata, “el partido de los espías”, de la CIA, de la Agencia de Seguridad Nacional, del espionaje militar y hasta de los detectives privados.

La segunda es que Rusia está en el centro de esa división, que lo demás son tentáculos de esa falta de una política coherente contra Rusia y, en consecuencia, que Rusia sigue gananado la partida porque, a diferencia de los gringos, sí tiene una política hacia ellos.

“Bajo la dirección de Putin, el servicio secreto ruso ha buscado durante mucho tiempo crear problemas en todo el mundo. El jueves, Estados Unidos y sus principales aliados acusaron al servicio de inteligencia militar ruso, el grupo responsable de gran parte de la injerencia en las elecciones estadounidenses de 2016, de un ataque cibernético a la vecina Georgia que cerró sitios web y emisiones de televisión”, asegura el New York Times de manera que suena ya repetitiva y aburrida.

Pero los intoxicadores dan un paso más hacia el abismo: “Los rusos se están preparando -y experimentando- para las elecciones de 2020, sin dejarse intimidar por los esfuerzos de Estados Unidos para frustrarlas, pero conscientes de que necesitan un nuevo manual de métodos que todavía son indetectables”. En otras palabras, aunque los métodos rusos son indetectables, el New York Times es capaz de detectarlos porque los espías se lo susurran al oído.

Ya no es necesario probar las acusaciones de injerencia rusa porque es indetectable. Si Trump vuelve a ganar será la mejor prueba de que los rusos han vuelto a emplear sus artimañas.

En medio de todo ese tipo de estupideces se pone de manifesto también la baja consideración que la prensa estadounidense tiene hacia los votantes. ¿Por qué se dejen manipular por los rusos?, ¿no se dan cuenta de que son víctimas de un engaño?, ¿por qué no votan a los demócratas, que son muchísimo mejores que el siempre repugnante Trump?

(*) https://www.nytimes.com/2020/02/20/us/politics/russian-interference-trump-democrats.html

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