expreso político vasco de ETA
Primera cuestión ¿quienes son los del Foro Social por la paz? ¿No es cierto que reivindican un concepto (paz a secas) que únicamente beneficia a los Estados capitalistas que ocupan EH y a sus obligados aliados reformistas y pequeños burgueses?
¿No es cierto que Sortu y EHBildu reclaman una solución para las consecuencias de un conflicto que, de hecho, está más vivo que nunca? ¿Por qué sus dinámicas que pretenden monopolizar el uso de la violencia para los Estados que nos ocupan, llegan hasta Colombia y pretenden hacernos ver que también allí hay un proceso de paz-resolución cuando es totalmente incierto?
Doscientos exguerrilleros y militantes campesinos, obreros… han sido asesinados en los primeros 6 meses de 2018. Y Paúl Ríos y otros hablan de procesos de paz. En Colombia les quitan la vida a los que piden lo básico para vivir. En Euskal Herria, estando situada en uno de los centros capitalistas del planeta, se pide a los presos que se arrepientan para obtener la salida de la cárcel. Es decir, no estuvo bien luchar por Euskal Herria ante la barbarie de los Estados que nos ocupan. Así que, monopolio de la violencia para el capital y banderas amarillas para acoger las consecuencias del desastre, que han provocado con el dinero de todos, en Oriente Medio, África o Asia.
¿Por que la representación del EPPK muestra su disposición a recorrer el camino penitenciario de nuestros enemigos cuando para salir en libertad exigen el arrepentimiento y la delación de compañeras/os entre otros muchos peajes políticos?
Tenemos mucho respeto a cualquier luchador o luchadora que actúe contra el ocupante y ante el capital. La cuestión es que, de momento, el EPPK no ha resuelto la contradicción que suponen las líneas rojas de no arrepentirse y no delatar cuando nuestros enemigos nos piden eso mismo como condición sine qua non para salir en libertad. Una vez más tenemos que situar el objetivo de la amnistía como única salida política posible.
Mientras tanto, dicen los portavoces del Foro Social que los presos políticos vascos están esperanzados ante el panorama actual. A estas alturas tenemos que decir que mienten y faltan al sentido común de los de a pie que tienen que oír con machacona insistencia sandeces de este calado.
A día de hoy, la Izquierda Abertzale Oficial y reformista no ha informado (naiz-gara) que el preso más anciano (75 años) del EPPK ha pedido el tercer grado para poder disfrutar de permisos penitenciarios (siguiendo la vía Sortu) y le han denegado el mismo así como la libertad condicional a pesar de tener cumplida la mayor parte de su condena y tener el beneplácito de la junta de tratamiento de la cárcel y el consentimiento del juzgado central de vigilancia penitenciaria.
Asimismo, anuncian la llegada a Euskal Herria de numerosas huidas políticas vascas y vascos y silencian la condena de 46 años de prisión a uno de ellos por sucedidos hace casi 40 años. De igual manera, reafirman su entrega al sistema español y francés glorificando un simple traslado a Mont-de-Marsan cuando los dos últimos presos políticos entregados de Francia a España son encarcelados en Murcia y Algeciras.
Parece mentira que los voceros de Sortu y EHBildu enfrenten la represión con la argumentación de que España no se entera de que estamos en otro ciclo político. ¿Qué trampa tiene esta gente para tanta complacencia ante tamaña represión y desprecio? Además de aceptar la partición de Euskal Herria con la renovación del Estatuto de la Moncloa del 78 ¿piensan darnos alguna sorpresa más?
En todo caso, o miente el Foro Social o miente la delegación del EPPK cuando habla del sentir de su colectivo. No hay ningún horizonte positivo a corto o medio plazo para los presos políticos vascos y menos para los que tienen largas condenas. El último detenido acusado de pertenecer a ETA saldrá en el 2058, teniendo muchísima suerte. Y es importante saber qué es lo que está ocurriendo en las cárceles pues, sin ir más lejos y aunque aun no es número muy importante, cada vez son más los presos y presas políticas vascas que abandonan el EPPK y son sistemáticamente excluidos de las listas de presos y presas políticas que maneja el complejo Sortu. Así están las cosas.
Nos hablan de paz y de resolución del conflicto. ¿Qué es la paz para el Pueblo Trabajador vasco? ¿Cuál es la paz de la burguesía vasco-española, es decir de las fuerzas vivas del PNV? Su paz, la del PNV, la del PP, la del PSOE, la de Podemos… es la paz de la sacrosanta unidad española o francesa y nadie de todos esos y esas se plantea cambiar el curso de la explotación y la ocupación sobre Euskal Herria. De la misma manera hablan de resolución y de consecuencias de un conflicto, repetimos, más evidente que nunca.
¿Qué es llegar a un marco democrático que perpetúa la ocupación y la explotación de nuestro pueblo? ¿Qué es eso de vencedores y vencidos y que hay que buscar un intermedio para que nadie pierda? No hay intermedio ante la ocupación y ante la explotación de una clase sobre el Pueblo Trabajador Vasco.
La lucha de clases no es un partido en el que se pueda empatar. Mienten los que así venden y pretenden para el pueblo vasco un futuro libre, colectivo y solidario sin mojarse hasta las entrañas. No hay soluciones parciales y coyunturales pues el sistema se encargará de disolverlas, condenarlas u olvidarlas.
Los ejemplos que nos muestra el sistema capitalista e imperialista son lo suficientemente claros sobre este aspecto. Los tamiles no se rindieron y su pueblo sufrió el mayor genocidio de los tiempos modernos. Los palestinos que aprobaron los acuerdos de Oslo han mostrado sumisión ante un sionismo que no repara en nada en su creciente y constante fascismo genocida. Que nos cuenten cómo quedaron El Salvador y Guatemala después de sus respectivos procesos de paz. Que nos expliquen que cuando estaba a punto de estallar una revolución social en Sudáfrica, se inventó un dique para la misma, salvando la explotación blanca y salvando al capital extranjero con el “fin” de la segregación racial y la creación de una fracción de clase pequeño burguesa negra. Que nos cuenten cómo está el Norte de Irlanda y el número de presos y presas políticas irlandesas.
Bien es cierto que sabiendo lo que no queremos, todavía nos cuesta articular las estructuras y dinámicas necesarias para poder seguir luchando por la revolución socialista vasca.
Lo que es evidente es que no vamos a pedir permiso para decidir sobre nuestras cuestiones como colectividad nacional. Tampoco el derecho a decidir lo que queremos, ni cómo ni cuando, ni el derecho a revelarnos ante la ocupación de Euskal Herria y ante la explotación que sufrimos.
Hace tiempo que dijimos que lo nos une a los trabajadores vascos con el resto de nacionalidades que habitan en la península o en el continente, es la pertenencia a la misma clase y no a la misma nación.
No hay futuro para los que venden su fuerza de trabajo en Euskal Herria bajo la sumisión. Jamás seremos soberanos en toda su dimensión nacional y social si seguimos pegados a las suelas de las botas españolas y francesas. Por eso continuaremos peleando por una Euskal Herria libre y socialista.