Le han respondido Richard Falk en su ensayo “The Shithole Phenomenon at Home and Abroad” (El fenómeno de la mierda en casa y en el extranjero) y la antigua congresista estadounidense Cynthia McKinney en un reciente libro titulado “How the US Creates Shithole Countries” (Cómo Estados Unidos crea países de mierda).
En efecto, se trata justamente de eso: el imperialismo fabrica la mierda que hay en el mundo, exactamente igual que fabrica los países de mierda que gobiernan sobre él.
Trump, Estados Unidos y el imperialismo no son ajenos a la mierda; ellos son la mierda. El modelo de país de mierda no es Somalia sino Estados Unidos. Los demás países están fabricados según ese modelo.
A quienes se oponen a él le esperan las intervenciones “humanitarias”, las primaveras, los golpes de Estado, las revoluciones de colorines y demás formas de injerencia.
Se trata de convertir al mundo entero en países de mierda y el modelo de acción típico consiste en encontrar uno que se resista para desestabilizarlo, acusarlo de violar los derechos humanos, imponer sanciones económicas, provocar disturbios e intervenir militarmente para defender la democracia, la libertad y las elecciones.
El imperialismo fabrica mierda y el mundo se la devuelve a la cara.