¡Vaya par de gemelos! |
En la conversación De la Rosa asegura que hay varias personas que tienen hasta 300 millones de euros en cuentas corrientes que realmente pertenecen al Borbón padre. Uno de los testaferros que maneja los fondos reservados del antiguo rey es José Manuel Romero Moreno, conde Fontao y marqués de San Saturnino, a quien se le ha mantenido oculto en el Caso Noos para que la mierda no salpique al monarca actual a cambio de 72.000 euros anuales.
Fontao sustituyó en su papel de testaferro (“administradores del dinero privado del rey”) a Manuel Prado y Colón de Carvajal
cuando éste acabó implicado judicialmente por los casos relacionados
con De la Rosa, en torno al cual se cimentaron algunos de los pelotazos
más importantes de los años 80, como el de las Torres KIO, en los que el antiguo monarca participó de la mano de la Casa Real saudí.
En 2012 la revista estadounidense Vanity Fair decía que el conde es “el hombre que mejor conoce las intrigas de la familia real española”. Para que mantenga la boca cerrada los pagos de la Casa Real a Fontao se camuflan con un contrato como asesor para asuntos jurídicos.
El testaferro fue el representante legal del rey y sus hermanas, las infantas Pilar y Margarita, en la controvertida operación inmobiliaria para la venta en 2002 de Villa Giralda, el chalé de lujo madrileño así llamado en honor de la residencia lisboeta en la que vivió el abuelo Juan de Borbón, que dejó en herencia a sus tres hijos. La residencia fue vendida en 2,7 millones a la promotora inmobiliaria CPV, que poco después saltaría a los titulares por su quiebra fraudulenta, que afectó a 1.200 familias que habían confiado por adelantado más de un millón de pesetas para unas viviendas que jamás se construyeron. Dos hijos de la infanta Pilar se sentaron en el banquillo, acusados de cobrar una comisión de 1,5 millones de euros en dicha transacción inmobiliaria, cuya escritura fue firmada por el conde de Fontao.
Junto a Urdangarín, el duque de Palma, el testaferro real impulsó la creación de la Fundación Deporte, Cultura e Integración Social, una pantalla de apariencia tan filantrópica como Noos. En 2006 Urdangarín y Fontao extrajeron fondos de las sociedades Noos y Areté a aquella supuesta Fundación deportiva, que aparece vinculada a una supuesta estructura fiduciaria creada por los dos socios para desviar dinero al extranjero, concretamente a Belice y Reino Unido.
El conde Fontao es el único que presta servicios al rey a título estrictamente personal. No hay ningún otro contrato similar con otros asesores externos. Se trata de un contrato anual por adjudicación directa o, como se decía antiguamente, “a dedo”, que es como se fraguan los chanchullos en las altas esferas.
Cuando se conoció el Caso Noos, Fontao recomendó a Urdangarín que pusiera tierra por medio, abandonara el Instituto corrupto y se largara fuera de España.
El conde-testaferro ha sido interrogado por el juez Castro, encargado del caso. Era el segundo peón de La Zarzuela que comparecía después de que días atrás lo hiciera como imputado el secretario de las infantas, Carlos García Revenga, antiguo tesorero de la trama corrupta.
El Caso Noos ha salpicado también al eurodiputado del PP Esteban González Pons, que fue citado por un Juzgado de Madrid para explicar su papel en los convenios firmado con Noos cuando era consejero de la Generalitat Valenciana, en diciembre de 2005, para la preparación de unos Juegos Europeos que nunca llegaron a celebrarse.
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Se ve que hay mucho afecto entre ese "par de gemelos". No entiendo cómo, precisamente vosotros, podéis tener nada en contra del amor, cualquiera que sea la forma en que éste se manifieste. Ya me hubiese gustado a mí tener ese tipo de relaciones, en lugar de las que tuve que padecer, entre la buena y querida gente de mi pueblo (sic; perdón: ji).