Poroshenko, el dirigente golpista ucraniano |
El ejército ucraniano también ha intensificado los bombardeos sobre la población civil de Novorossya y ha llevado a cabo acciones terroristas para descabezar a los milicias de sus comandantes más experimentados.
El gobierno de Poroshenko ha indicado que se dispone a realizar maniobras militares en las fronteras de Crimea, que se suman a las que realizan buques de guerra de la OTAN en las costas del Mar Negro, desde los que han lanzado misiles.
Es una flagrante provocación dirigida contra Rusia, a la que se trata de involucrar directamente en la guerra. Por su parte, Putin ha ordenado que varias unidades sean puestas en “estado de combate”, ha desplegado bombaderos estratégicos en bases aéreas cercanas y mantiene “puntos tácticos” capaces de ser operativos de manera inmediata.
En una entrevista televisada, Putin ha manifestado, en referencia a la situación en el Donbas, que “la paciencia tiene sus límites”.
Los nuevos patrocinadores del gobierno de Kiev en Washington, capitaneados por Trump, han reconocido que “no saben gran cosa” sobre la situación en Ucrania, a pesar de lo cual la OTAN ha reforzado su presencia militar en las fronteras con Rusia.
Poroshenko trata de aprovechar la ignorancia de Trump para burlarse -una vez más- de los acuerdos de paz de Minsk, involucrar al Pentágono en una guerra con Rusia y aplastar a las milicias populares del Donbas.
El dirigente ucraniano también cuenta con sabotear las promesas de Trump de mejorar sus relaciones con Rusia, provocando un choque cuyas consecuencias son incalculables, pero afectarán indudablemente a regiones del mundo que van más allá del Donbas.