La protesta paralizó los transportes en Atenas, los hospitales funcionaron con servicios mínimos y los barcos permanecieron bloqueados en los muelles.
Los huelguistas protestaban contra una reforma que debía ser votada, junto con otras, durante la jornada en el Parlamento. Es otra chantaje de los bancos alemanes contra la clase orbera griega.
Grecia ha vivido unas 50 huelgas generales desde el inicio de la crisis económica en 2010.
El país espera recibir otra limosna de 4.500 millones de euros del actual acuerdo de ayuda, una vez que haya satisfecho las exigencias de reformas que imponen los bancos alemanes.
Este último acuerdo expira el próximo mes de agosto y Grecia prevé a partir de ese momento poder refinanciarse en los mercados por sus propias fuerzas, por primera vez en nueve años.
Los bancos esperaron a la votación para la revisión del tercer rescate antes de la reunión del Eurogrupo el 22 de este mes de enero y la consiguiente entrega de parte de dicho rescate al gobierno griego.
El proyecto de ley contiene más de 400 articulos y 1.326 páginas, 600 de las cuales se encuentran traducidas en manos de los ministros de Finanzas del Eurogrupo.
La nueva ley es restrictiva para los trabajadores. Prevé que para poder convocar una huelga se tenga que aprobar en una votación por la mitad de los miembros registrados de los sindicatos y al corriente en el pago de sus cuotas, frente al 20 por ciento actual.
El proyecto de ley también contiene medidas para facilitar el cobro de deudas a los bancos, incluyendo los desahucios, permite que en un futuro las empresas de transporte público puedan ser privatizadas y recortará una serie de beneficios fiscales para los más necesitados.