Ayer el Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, anunció la revocación de la Ley de Medidas de Emergencia impuesta por su gobierno el 14 de febrero para aplastar las manifestaciones y bloqueos de los camioneros.
El lunes los parlamentarios canadienses aprobaron la imposición del estado de excepción por 185 votos a 151, con el mismo alineamiento característico que la pandemia ha puesto de manifiesto desde el primer minuto: la reacción votó en contra y los reformistas a favor de la represión política.
“La situación ya no es una emergencia”, dijo Trudeau en una conferencia de prensa. “Confiamos en que las leyes y normativas vigentes sean ahora suficientes para garantizar la seguridad de las personas». Esta revocación debería ser efectiva «en las próximas horas”, dijo, lo que pondrá fin oficialmente al estado de excepción.
Trudeau dijo que se iniciaría una investigación sobre la decisión de su gobierno de utilizar la ley de emergencia y las operaciones policiales posteriores en los próximos 60 días, y anunció que los parlamentarios crearían un comité para supervisar la revisión la próxima semana.
Es la segunda vez en tiempos de paz que Canadá recurre a esta legislación. Como era de esperar, su uso ha provocado una fuerte controversia y críticas, ya que permite a las instituciones gubernamentales congelar las cuentas bancarias de los manifestantes y sus partidarios sin una orden judicial. También facilita el encarcelamiento de los manifestantes.
La Asociación Canadiense de Libertades Civiles criticó la inutilidad de dicha legislación, argumentando que las protestas de los camioneros no constituían una emergencia nacional. La semana pasada anunció que iba a emprender acciones legales contra el gobierno canadiense por la aplicación de la ley. La organización está estudiando actualmente si emprender esta acción legal. “Aunque las órdenes ya no están en vigor, las acciones de este gobierno han sentado un precedente al que los canadienses se enfrentan ahora”, dijeron en un comunicado.
La oposición denunció la “toma de poder” del Primer Ministro al recurrir a una ley de excepción sin motivo alguno. Tras la decisión del Primer Ministro, el dirigente del Partido Conservador dijo en un comunicado: “El anuncio de hoy es la prueba de que el Primer Ministro se equivocó al invocar la legislación de emergencia”, y señaló: “Nada ha cambiado entre el lunes por la noche y hoy, salvo la creciente preocupación de los ciudadanos canadienses, la cobertura negativa de los medios de comunicación y el ridículo de Canadá en la escena mundial”.
El dirigente del incipiente partido político True North, se congratuló de la victoria: “¡Sus voces fueron escuchadas! ¡Ganamos! Trudeau renuncia a su corrupta toma de poder y deroga la Ley de Medidas de Emergencia. Esta victoria se debe enteramente a usted y a sus incansables esfuerzos por luchar por este país. ¡Viva la libertad canadiense!”
Por su parte, Maxime Bernier, dirigente del Partido Popular, consideró que una vez desenmascaradas las verdaderas intenciones de Justin Trudeau, éste está optando por “retroceder para no perder la cara”.