En primer plano Zahran Alushe |
La foto adjunta es una presentación mediática de los yihadistas de Jaysh Al-Islam (Ejército del Islam). La imagen lleva el logo de dicha organización, que forma parte de la “oposición moderada” y se ha destacado por reivindicar el empleo de armas químicas contra los kurdos (2).
La foto está tomada en las afueras de Damasco. El hombre sentado en primer plano es el dirigente yihadista Zahran Alushe, muerto en diciembre del pasado año por un bombardeo de la aviación rusa.
Como buen “moderado”, Alushe era un admirador de Bin Laden que se caracterizó por su crueldad, ordenando la decapitación de numerosos habitantes y utilizando a otros, encerrados en jaulas, como escudos humanos.
Jaysh Al-Islam sembró el terror en las afueras de Damasco y amenazó la capital siria durante tres años. Aunque su dinero y su armamento procede de Arabia saudí, está dirigida por consejeros militares de las fuerzas especiales británicas (SAS, Special Air Service).
Tras su muerte, la dirección ha sido asumida por Mohamed Alushe, un primo del fallecido que forma parte de las negociaciones “de paz” de Ginebra integrando a la oposición “moderada”. Mohamed Alushe se dio a conocer lanzando desde los tejados a los homosexuales porque Siria es el único Estado árabe que no penaliza a los homosexuales.
Además de la guerra y la propaganda de guerra, el gobierno británico presta apoyo diplomático a los terroristas al oponerse en el Consejo de Seguridad de la ONU a la propuesta rusa de incluir a Jaysh Al-Islam en el listado de organizaciones terroristas.
Este tipo de material propagandístico yihadista es el que, a través de subcontratistas, promociona el gobierno británico con un presupuesto anual de 2,4 millones de libras esterlinas.
Además, el MI6, el servicio de inteligencia exterior del gobierno británico, dirige por su cuenta otra operación de propaganda a través del Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Los documentos que menciona The Guardian conciernen a una serie de empresas subcontratistas, como Regester Larkin e Innovative Communications & Strategies (InCoStrat), ambas con sedes en Londres y Washington.
Como todas las empresas de mercenarios fueron creadas por militares, en este caso por el coronel Paul Tilley, quien dispone de unos cincuenta empleados en Estambul. No hace mucho estas mismas empresas obtuvieron otro contrato para intervenir en la guerra en Yemen.
(1) http://www.theguardian.com/world/2016/may/03/how-britain-funds-the-propaganda-war-against-isis-in-syria
(2) http://francais.rt.com/international/18753-jaysh-al-islam-armes-chimiques-alep