Ucrania agoniza y en su caída arrastra a Zelensky. Está quemado. Durante años fue la mejor vedette de los saraos organizados por los países occidentales, pero ya está amortizado. La política posmoderna no es más que campañas de imagen disfrazadas elecciones y Ucrania necesita renovar su fachada, poner otra cara y otra voz ante las cámaras de las televisiones.
Siguiendo a Putin, Trump ha negado legitimidad a Zelensky, por lo que Ucrania tiene que convocar nuevas elecciones para renovar a las marionetas, encontrar alguien que pueda firmar la capitulación con todas las bendiciones legales y dejar a Zelensky como chivo expiatorio de los males pasados.
Como ya hemos anunciado, el nuevo rostro de Ucrania es el general Zaluzhny, el anterior comandante en jefe del ejército ucraniano y ahora embajador en Londres. Es el favorito de Occidente y, por lo tanto, de Ucrania, pero muy especialmente de las bandas de neonazis.
Hace años que la publicidad trata de lavar la cara a Zaluzhny y lo más destacado es el silencio sobre sus vínculos con cabecillas nazis como Andrei Biletsky.
Antes del estallido de la guerra, Biletsky era el primer comandante del Batallón Azov y fue quien ordenó las operaciones militares en el Donbas desde el Golpe de Estado de 2014.
Es probable que Biletsky se presente a las próximas elecciones para guardar las distancias con Zaluzhny y aparentar que, en efecto, hay una competencia entre los “demócratas” y la “extrema derecha”.
Pero tampoco hay que descartar que Biletsky siga a la sombra de Zaluzhny para reclamar un alto cargo de responsabilidad en caso de la victoria electoral del general.
Pocos meses antes del inicio de la guerra, Dmitry Yarosh, fundador del movimiento nazi “Sector Derecho” (Pravy Sektor) y ferviente admirador de Bandera, anunció su nombramiento como asesor de Zaluzhny.
El nombramiento nunca se confirmó oficialmente porque Yarosh es un personaje polémico y un nazi sin adornos. La Oficina de Relaciones Públicas del Ejército declaró que el nombramiento no se llegó a formalizar y, además, que ese tipo de informaciones son confidenciales.
Es lógico: el comandante en jefe del ejército ucraniano no podía aparecer como con el amigo cercano de un nazi.
Otro notorio nazi, Maxime Jorin, subcomandante de la una Brigada de Asalto y antiguo comandante del Batallón Azov, también fue otro de los principales partidarios de Zaluzhny.
En enero de 2023 se publicó una foto del general con el Batallón neonazi sobre un fondo en el que aparecía Bandera en la cuenta oficial del Parlamento en X/Twitter. La foto provocó reacciones de protesta en Polonia e Israel y fue luego borrada.
Sin embargo, luego Zaluzhny no dudó en publicar una foto de sí mismo sosteniendo la copia de la camisa bordada con una imagen de Bandera que le habían regalado.
Las compañías nazis de Zaluzhny nunca han sido un obstáculo para tener el apoyo de los padrinos europeos de Ucrania, a pesar de la fiebre que recorre el Continente, empeñado en una batalla contra la “ultraderecha” absolutamente falsa e hipócrita.