Ayer el expresidente de Honduras José Manuel Zelaya Rosales (2006-2009) denunció el asesinato del jefe de Estado de Haití, Jovenel Moise, a manos de un grupo de hombres armados desconocidos que irrumpió en su residencia privada en el barrio de Pelerin, Puerto Príncipe.
Zelaya equiparó lo ocurrido con Moise con el golpe de Estado en su contra en 2009, vinculando ambos hechos con la CIA.
“La modalidad de asesinar se intentó en Honduras en 2009 […] El deseo de sangre del golpismo CIA hoy lo saciaron en Haití”, hizo hincapié Zelaya, a través de un mensaje en Twitter.
El asesinato del mandatario haitiano resultará en una nueva “intervención” de Estados Unidos en los asuntos internos del país caribeño. No obstante, a diferencia de lo ocurrido en Haití, los militares hondureños no llevaron a cabo un magnicidio en su contra, ni usaron mercenarios.
En su lugar lo expatriaron a Costa Rica. “La falsa renuncia, ya muerto no podría desmentirla”, denunció el expresidente centroamericano.
El periódico estadounidense Miami Herald declaró que los hombres armados que asesinaron al mandatario haitiano se habían identificado como agentes de la DEA. El diario indicó que, en los videos tomados por personas cerca de la casa del presidente, se puede escuchar a alguien con acento estadounidense, gritando por un altavoz: “¡Operación de la DEA! ¡Retírense todos! ¡Operación de la DEA! ¡Retrocedan, retírense todos!”.
La policía haitiana ha informado hoy de la muerte de cuatro mercenarios y la captura de otros 17, entre ellos un estadounidense, acusados del asesinato de Jovenel Moise.
La policía bloqueó la carretera para impedir la huida de los mercenarios. Algunos de ellos se habían refugiado en Pelerin y tres policías tomados como rehenes fueron liberados.
Por su parte, el ministro de Comunicación y Cultura de Haití, Pradel Henríquez indicó que a partir de jueves es efectivo el estado de sitio y un toque de queda.
Moise fue elegido presidente de Haití en la primera vuelta de las elecciones de octubre de 2015; no obstante, dichos comicios fueron anulados debido a unas denuncias de fraude electoral. Más tarde, en 2016, fue declarado ganador de nuevo y asumió la Presidencia el 7 de febrero de 2017, por lo que debería gobernar hasta el próximo año.
Sin embargo, el Presidente dijo que debía gobernar hasta 2022 y denunció a la oposición por un intento de golpe de Estado, por lo que a mediados de 2018 comenzó una fuerte crisis política. El Consejo Superior del Poder Judicial de Haití consideraba que el 7 de febrero finalizaba el mandato de Moise.
El asesinato se produce a poco más de dos meses de las elecciones presidenciales y legislativas, convocadas para el próximo 26 de septiembre, unos comicios en los que Moise no podía ser candidato, pero el mandatario había convocado para la misma fecha un referéndum a fin de aprobar una nueva Constitución, un proyecto que no contaba con el apoyo de la oposición ni de Estados Unidos.