Tras la Guerra de Ucrania, la OTAN presiona para forzar nuevas incorporaciones, como el Estado fantoche que han creado en Kosovo. Lo normal es que una país creado por la OTAN, como Kosovo, quiera ingresar en la OTAN, por más que ya tenga abundantes tropas de la OTAN en su suelo.
Si Irlanda y Austria no se plantean entrar en la Alianza imperialista, al menos de momento, otros como Kosovo están dispuestos a dar el paso.
Finlandia ha estado considerando la posibilidad de ingresar en la OTAN sin decidirse a dar los pasos necesarios. La opinión pública de Finlandia está muy dividida. Según una encuesta del Instituto Taloustutkimus, el 62 por cien de los finlandeses estaría dispuesto a que su país se uniera a la Alianza y abandonara así su tradición de no alineamiento.
El porcentaje de partidarios de entrar en la OTAN es aún más bajo en Suecia, donde una encuesta del Instituto Demoskop mostró que el 51 por cien de los encuestados cree que su país debería ingresar en la OTAN.
Si Finlandia y Suecia deciden unirse a la organización atlántica, su adhesión debería ser relativamente rápida, por su pertenencia a la Unión Europea. Sin embargo, la situación es muy diferente para Kosovo, que tiene toda la intención de ingresar en la OTAN. Esto requerirá una revisión de los procedimientos actualmente en vigor.
“En esta situación excepcional, no podemos comportarnos como siempre. Por lo tanto, la adhesión a la Unión Europea y a la OTAN no puede hacerse de la misma manera que en el pasado», dijo Albin Kurti, Primer Ministro de Kosovo. “Es imperativo que Bruselas, como capital de la OTAN y de la Unión Europea, se replantee una nueva forma de expansión en los Balcanes Occidentales”, dijo el 9 de marzo.
Esta insistencia en entrar en la OTAN y en la Unión Europea se explica porque Pristina teme la actitud de Serbia, aliada de Rusia, y una nueva desestabilización de los Balcanes occidentales.
En cualquier caso, estas son las justificaciones que ha dado la Presidenta de Kosovo, Vjosa Osmani Sadriu, en una carta dirigida a su amo Biden, con el fin de obtener el apoyo de Estados Unidos para facilitar la adhesión a la OTAN.
“Estamos expuestos a los persistentes esfuerzos de Rusia para socavar a Kosovo y desestabilizar a todos los Balcanes occidentales”, escribió Sadriu. Por ello, “la adhesión de Kosovo a la OTAN se ha convertido en un imperativo”, argumentó.
“Expresamos nuestra esperanza y expectativa de que Estados Unidos utilice su influencia para apoyar e impulsar activamente el complejo proceso de adhesión de Kosovo a la OTAN”, continuó la presidenta kosovar.
La petición de Pristina tiene muy pocas posibilidades de prosperar. Esta provincia serbia, que proclamó su independencia en 2008, tendría que ser reconocida por todos los miembros de la Alianza. No es el caso, ya que España, Rumanía, Grecia y Eslovaquia no reconocen a Kosovo. Sin embargo, dado que la regla de la unanimidad es necesaria para acoger a un nuevo miembro en la OTAN, el deseo de Pristina es irrealizable en su estado actual.
En realidad Kosovo no necesita incorporarse a la OTAN porque que las tropas de la OTAN ya están desplegadas allí desde 1999, de acuerdo con la Resolución 1244 del Consejo de Seguridad de la ONU. Estados Unidos mantiene allí una presencia militar considerable, equivalente a un batallón.
Sin embargo, el mandato de la KFOR terminará en algún momento… o quizá no. Ya nada puede sorprender.